Continuamos refutando las absurdas objeciones procedentes de Francia.
OBJECIÓN: MONTINI NO ES EL ANTICRISTO PORQUE NO FUE RECIBIDO POR EL PUEBLO JUDÍO.
Éxodo 28,30
"En el pectoral del juicio pondrás los Urim y Tummim, para que estén sobre el corazón de Aarón cuando se presente ante Yahvé. Así llevará Aarón constantemente sobre su corazón delante de Yahvé el juicio de los hijos de Israel."
Respuesta: Montini fue a Jerusalén con el Pectoral del Juicio del Sumo Sacerdote Levítico (Éxodo 28,30) y como "Papa"; desde San Pedro ningún Papa había ido a Tierra Santa (San Juan 5,43) ; todos los sucesores de Montini (menos Luciani por su prematura muerte), Wojtyla, Ratzinger, Bergoglio han entrado en las Sinagogas de las que siempre fueron expulsados los Católicos (San Juan 16,2) y los sucesores de Montini han orado en el "Kotel", el muro occidental del Templo de Jerusalén, auténticos actos públicos de apostasía notoria.
Nota: Hasta que no se configura Montini como Sumo Sacerdote de la nueva falsa religión, que es la Ramera que se hace pasar por la Esposa, el 8 de Diciembre de 1965 (fin del conciliábulo Vaticano 2 y aceptación solemne del magisterio anticatólico) y éste es aceptado por la jerarquía Católica como tal, no es formalmente el Anticristo, sino un malvado usurpador herético y apóstata infiltrado para destruir a la Iglesia de Cristo.
S.S. Eugenio IV:
Concilio de Florencia, Decreto para los Jacobitas, 4 de febrero de 1442.
“[La sacrosanta Iglesia Romana, fundada por la palabra del Señor y Salvador nuestro] firmemente cree, profesa y enseña que las legalidades del Antiguo Testamento, o sea, de la Ley de Moisés, que se dividen en ceremonias, objetos sagrados, sacrificios y sacramentos, como quiera que fueron instituidas en gracia de significar algo por venir, aunque en aquella edad eran convenientes para el culto divino, cesaron una vez venido nuestro Señor Jesucristo, quien por ellas fue significado, y empezaron los sacramentos del Nuevo Testamento. Y que mortalmente peca quienquiera ponga en las observancias legales su esperanza después de la pasión, y se someta a ellas, como necesarias a la salvación, como si la fe de Cristo no pudiera salvarnos sin ellas. No niega, sin embargo, que desde la pasión de Cristo hasta la promulgación del Evangelio, no pudiesen guardarse, a condición, sin embargo, de que no se creyesen en modo alguno necesarias para la salvación; pero después de promulgado el Evangelio, afirma que, sin pérdida de la salvación eterna, no pueden guardarse. Denuncia consiguientemente como ajenos a la fe de Cristo a todos los que, después de aquel tiempo, observan la circuncisión y el sábado y guardan las demás prescripciones legales y que en modo alguno pueden ser partícipes de la salvación eterna, a no ser que un día se arrepientan de esos errores.”
S.S. Benedicto XIV en 1756:
“La primera consideración es que las ceremonias de la ley mosaica fueron abrogadas con la venida de Cristo y que ya no pueden observarse sin pecado después de la promulgación del Evangelio.”
Catecismo de San Pío V:
“El Redentor, al venir al mundo, recibió en grado sumo y excelente el estado y las obligaciones de las tres personas: de profeta, de sacerdote y de rey, y por eso fue llamado Ungido (Sal. 44 8; Is. 61 1; Lc. 4 18.). En efecto, El es: • sumo Profeta y Maestro, que nos enseñó la voluntad de Dios y nos comunicó el conocimiento del Padre celestial; • sumo Sacerdote, de un nuevo sacerdocio que remplaza al de Leví (Sal. 109 4; Heb. 5 6.); • sumo Rey, no sólo en cuanto Dios, sino también en cuanto hombre, porque Dios atesoró en El todo el poder, grandeza y dignidad de que era capaz la naturaleza humana, y le dio el reino sobre todo lo creado, reino que ya empieza a ejercer en su Iglesia, rigiéndola con admirable providencia, defendiéndola contra sus enemigos, imponiéndole leyes, dándole santidad y justicia, y facilitándole los medios y fuerza para que se mantenga firme.”
OBJECIÓN: SI MONTINI ES EL ANTICRISTO, NO SE CUMPLEN LAS SEÑALES DE LA PROXIMIDAD DEL JUICIO FINAL QUE CITA EL CATECISMO DE SAN PÍO V.
Catecismo del Concilio de Trento
Por qué señales se conocerá que está próximo el Juicio final.
“Pero las Sagradas Letras anuncian que precederán al Juicio estas tres señales principales: la predicación del Evangelio por todo el mundo, la apostasía y el Anticristo; pues dice el Señor: Se predicará en todo el mundo este Evangelio del Reino de Dios, en testimonio para todas las naciones, y entonces vendrá el fin; y el Apóstol nos advierte que no nos dejemos seducir por nadie, como si estuviera cerca el día del Señor: Porque no se celebrará el Juicio, sin que antes haya acontecido la apostasía casi general de los fieles, y aparecido el Hombre del pecado o el Anticristo.”
Respondemos: La apostasía de la jerarquía Católica se produce el 8 de diciembre de 1965 -las Naciones hacía tiempo que apostataron del Catolicismo-*, el mismo día 8 de diciembre se configura la Ramera que apostata del Catolicismo y se acepta a Montini como primer líder de esta nueva falsa religión, por lo que la cronología de la que nos acusan de herejía (sic) es la correcta**, ya que primero se produce la apostasía del Catolicismo por parte de la jerarquía, que acepta la nueva falsa religión que Montini impone solemnemente, y es entonces cuando tienen a Montini, como líder supremo y sumo sacerdote de esta nueva falsa religión, configurado como el Anticristo.
**Pudiendo perfectamente usar la exégesis de San Juan Crisóstomo y la cita del Padre Francisco Suárez que dice "el Anticristo será causa de la mayor apostasía futura en la Iglesia". Montini no es formalmente el Anticristo hasta que no es aceptado como líder supremo y sumo sacerdote de la nueva falsa religión por aquellos que apostataron del Catolicismo.
*Las Naciones, a excepción de España con el régimen Nacional Católico de Francisco Franco como Jefe de Estado tras ganar la última Cruzada cuya forma externa fue una guerra civil, las Naciones ya habían apostatado del Catolicismo hacía tiempo, España como Nación acabó sucumbiendo al Anticristo.
Mons. Louis Gaston de Ségur
La Revolución, 1863
“El apóstol san Pablo, en su segunda epístola a los Tesalonicenses, habla muy detalladamente de los últimos tiempos y del Anticristo. Nos da otra señal por la cual podremos conocer que se acerca el peligro: «No temáis, dice a los antiguos fieles, como si el dia del Señor estuviese cercano ; antes de él debe tener lugar la apostasía:» Ne terreamini... quasi instet dies Domini; quoniam Nisi VENERIT DISCESSIO PRIMUM (Cap. 11, 3). Los principales intérpretes de la Escritura, como expone Santo Tomás, entienden unánimemente por esta palabra discessio la renuncia general de los reinos a la fe católica y a la Iglesia, la apostasía universal de las sociedades y de las naciones, apostatio gentium.
Otro de los caracteres distintivos de nuestra época, a la vez que esencia misma de la revolución, es la separación de la Iglesia y del Estado, la apostasía de las sociedades como tales, la desorganización social del mundo católico, el ateísmo político y legal.
Esta apostasía de las sociedades está ya consumada ó poco menos. ¿Cuál es hoy día el Estado, sobre la tierra, que reconozca oficialmente y como una institución divina todos los derechos de la Iglesia, y que se someta, antes que á toda otra ley, á la ley de Jesucristo, promulgada, explicada y aplicada soberanamente por el Papa, Jefe de la Iglesia? No existe ya ni uno solo. Llegó, pues, la señal que da San Pablo, y seguramente no es á nosotros, cristianos del siglo XIX, á quienes se dirige aquella palabra: Ne terreamini: No temáis.”
¿No fue esta Apostasía de la Naciones secundada y cimentada como un derecho en la declaración del Conciliábulo Vaticano II "Dignitatis humanae" promulgada el 7 de diciembre de 1965 y aceptada solemnemente el 8 de diciembre de 1965?
Conciliábulo Vaticano II
Dignitatis humanae:
“2. Este Concilio Vaticano II declara que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de individuos como de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera que, en materia religiosa, ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, sólo o asociado con otros, dentro de los límites debidos. Declara, además, que el derecho a la libertad religiosa está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana, tal como se la conoce por la palabra revelada de Dios y por la misma razón natural. Este derecho de la persona humana a la libertad religiosa ha de ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad, de tal manera que llegue a convertirse en un derecho civil.
Todos los hombres, conforme a su dignidad, por ser personas, es decir, dotados de razón y de voluntad libre, y enriquecidos por tanto con una responsabilidad personal, están impulsados por su misma naturaleza y están obligados además moralmente a buscar la verdad, sobre todo la que se refiere a la religión. Están obligados, asimismo, a aceptar la verdad conocida y a disponer toda su vida según sus exigencias. Pero los hombres no pueden satisfacer esta obligación de forma adecuada a su propia naturaleza, si no gozan de libertad psicológica al mismo tiempo que de inmunidad de coacción externa. Por consiguiente, el derecho a la libertad religiosa no se funda en la disposición subjetiva de la persona, sino en su misma naturaleza. Por lo cual, el derecho a esta inmunidad permanece también en aquellos que NO cumplen la obligación de buscar la verdad y de adherirse a ella, y su ejercicio, con tal de que se guarde el justo orden público, no puede ser impedido.”
S.S. Pío IX, Syllabus, 1864
ERROR Nº LXXVII.
En esta nuestra edad no conviene ya que la Religión católica sea tenida como la única religión del Estado, con exclusión de otros cualesquiera cultos.
(Alocución Nemo vestrum, 26 julio 1855)
ERROR Nº LXXVIII.
De aquí que laudablemente se ha establecido por la ley en algunos países católicos, que a los extranjeros que vayan allí, les sea lícito tener público ejercicio del culto propio de cada uno.
(Alocución Acerbissimum, 27 septiembre 1852)
ERROR Nº LXXIX.
Es sin duda falso que la libertad civil de cualquiera culto, y lo mismo la amplia facultad concedida a todos de manifestar abiertamente y en público cualesquiera opiniones y pensamientos, conduzca a corromper más fácilmente las costumbres y los ánimos, y a propagar la peste del indiferentismo.
(Alocución Nunquam fore, 15 diciembre 1856)
ERROR Nº LXXX.
El Romano Pontífice puede y debe reconciliarse y transigir con el progreso, con el liberalismo y con la moderna civilización.
(Alocución Jamdudum, 18 marzo 1861)
ERROR Nº LV.
Es bien que la Iglesia sea separada del Estado y el Estado de la Iglesia.
(Alocución Acerbissimum, 27 septiembre 1852)
S.S. León XIII
Libertas:
"La que llaman libertad de cultos, es en tan gran manera contraria a la virtud de la religión. Así que, al ofrecer al hombre esta libertad de cultos,[...] no es libertad, sino depravación de ella y servidumbre del alma envilecida bajo el pecado."
"Para que todo esto fuera justo, habría de ser verdad que la sociedad civil no tiene para con Dios obligaciones algunas, o que puede infringirlas impunemente; pero no es menos falso lo uno que lo otro."
PROXIMIDAD DEL JUICIO FINAL.
S.S.Pío XII comienza la Iglesia de Laodicea como él mismo predijo, en su primera encíclica Summi
Pontificatus del 20 de octubre de 1939.
"¿Qué época necesitó más que la nuestra de tales bienes? ¿Qué época sufrió el tormento del vacío espiritual, de profunda indigencia interior más que la nuestra, a pesar de toda clase de progresos en el orden técnico y puramente civil ¿No se le puede, quizá, aplicar la palabra reveladora del Apocalipsis: Dices rico soy y opulento y de nada necesito y no sabes que eres mísero, y pobre, y ciego, y desnudo (Apoc., 3, 17).
[...] Tal vez (¡Dios lo quiera!) se puede esperar que esta hora de máxima indigencia cambie la manera de pensar y de sentir de muchos que, hasta ahora, con ciega confianza, avanzaban por el camino de los errores modernos, tan extendidos, sin sospechar lo insidioso e incierto del terreno que pisaban. Tal vez muchos que no entendían la importancia de la misión educadora y pastoral de la Iglesia comprenderán ahora mejor sus amonestaciones que ellos desatendieron con la falsa seguridad de tiempos pasados. Las angustias presentes son la apología más impresionante del Cristianismo, tal que no puede haber mayor. De la gigantesca vorágine de errores y movimientos anticristianos se han cosechado frutos tan amargos, que constituyen una condenación, cuya eficacia supera a toda refutación teórica.
Horas de tan penosa desilusión son frecuentemente horas de gracia; un pasar del Señor: transitus Domini: (Ex., 12, 11), en el que, a la palabra del Salvador: He aquí que estoy a la puerta y llamo (Apoc., 3, 20), se abren puertas que, de otro modo, permanecerían cerradas. Sabe Dios con qué amor de compasión, con qué santo júbilo se vuelve Nuestro corazón a los que, como efecto de tan dolorosas experiencias, sienten nacer en sí el deseo impelente y saludable de la verdad, de la justicia y de la paz de Cristo. Pero. aun para aquellos para quienes no ha sonado todavía la hora de la iluminación celeste, Nuestro corazón no conoce sino amor, y Nuestros labios no tienen sino plegarias al Padre de las luces, para que haga brillar en su ánimo, indiferente o enemigo de Cristo, un rayo de aquella luz que un día transformó a Saulo en Pablo, de aquella luz que ha patentizado su fuerza misteriosa precisamente en los tiempos más difíciles de la Iglesia."
Mons. Johannes Straubinger así nos lo confirma en Espiritualidad bíblica. Buenos Aires, Plantín, 1949, págs. 183-188.
"La primera Encíclica de S. S. Pío XII [Summi Pontificátus, N. del E.] nos confirma en los conceptos que dejamos expuestos. Empieza el Papa recordando el 40.º aniversario de la consagración del género humano al Corazón de Cristo por S. S. León XIII, y declara que quiere «hacer del culto al Rey de los Reyes y Señor de los señores (Apoc. XIX, 6), como la plegaria del introito de este Nuestro Pontificado». Hace luego una manifestación, verdaderamente trascendental con las palabras siguientes: «¿No se le puede quizás aplicar (a nuestra época) la palabra reveladora del Apocalipsis: “Dices ‘rico soy y opulento y de nada necesito’; y no sabes que eres mísero y miserable y pobre y ciego y desnudo”?» (Apoc. III, 17).
Además de estas referencias al Apocalipsis, el Sumo Pontífice expresa su creencia de que estamos «al comienzo de los dolores anunciados por Jesús en el discurso escatológico» (Mt. XXIV, 8). Tan vehemente llamado del Papa ha de despertar las conciencias cristianas «para comprender que la Parusía, o segunda venida de Cristo, es verdaderamente el alfa y omega, el comienzo y el fin, la primera y la última palabra de la predicación de Jesús, que es su llave, su desenvolvimiento, su explicación, su razón de ser, su sanción; que es, en fin, el acontecimiento supremo al cual se refiere todo lo demás y sin el cual todo lo se derrumba y desaparece» (Cardenal Billot, La Parousie, 9)."
Mons. JUAN STRAUBINGER BAUMANN, Espiritualidad bíblica. Buenos Aires, Plantín, 1949, págs. 183-188.
S.S. Pío XII está viendo los brotes verdes que indican la llegada del verano, N.S.J.C., y así lo dice.
3 de Abril 1957 L'Osservatore Romano 3/4/1957
"Es necesario quitar la piedra sepulcral con la cual han querido encerrar en el sepulcro a la verdad y al bien; es preciso conseguir que Jesús resucite; con una verdadera resurrección, que no admita ya ningún dominio de la muerte: «Surrexit Dominus vere» (Luc. 24, 34), «mors illi ultra non dominabitur» (Rom. 6, 9). Jesús debe destruir en los individuos la noche de la culpa mortal con el alba de la gracia recobrada. En las familias, a la noche de la indiferencia y de la frialdad debe suceder el sol del amor.
En los campos de trabajo, en las ciudades, en las naciones, en las tierras de la incomprensión y del odio, la noche debe iluminarse como el día, «nox sicut dies illuminabitur»; y cesará la lucha, brillará la paz.
¡Ven, Señor, Jesús!
La humanidad no tiene fuerza para quitar la piedra que ella misma ha fabricado, intentando impedir tu vuelta. Envía tu ángel, oh Señor, y haz que nuestra noche se ilumine como el día. ¡Cuántos corazones, oh Señor, te esperan! ¡Cuántas almas se consumen por apresurar el día en que Tú sólo vivirás y reinarás en los corazones! ¡Ven, oh Señor, Jesús!
¡Hay tantos indicios de que Tu vuelta no está lejana!
¡Oh María, que lo viste resucitado; María, a quien el primer aparecer de Jesús quitó la angustia inenarrable causada por la noche de la pasión; María, te ofrecemos las primicias de este día. Para ti, Esposa del divino Espíritu, Nuestro corazón y Nuestra esperanza. ¡Así sea!"
La predicación del Evangelio a todo el mundo (Mt. 24 14.)
S.S. Pío XII A los fieles de Roma,10 de febrero de 1952
"El mismo Año Santo, que consigo trajo una prodigiosa floración de vida cristiana, abierta primero entre vosotros y luego en los rincones todos de la tierra."
La apostasía (II Tes. 23)
S.S. Pío XII
Carta a la Semana Nacional Italiana de Adaptación Pastoral, 23 de mayo de 1958.
L´Osservatore Romano 29 de junio de 1958.
"Las raíces de esta apostasía teórica, además de práctica, hay que buscarlas en el progresivo alejamiento de las corrientes del pensamiento y de los varios aspectos de la cultura de las verdades cristianas: la ruptura de la unidad cristiana en Europa, el ateísmo científico, el racionalismo, el iluminismo, el laicismo, el materialismo dialéctico, la masonería, son algunas de las causas de este lento proceso de alejamiento intelectual y moral, cuyas últimas consecuencias tocamos hoy."
P. Antonio Piolanti y el Prof. Corrêa de Oliveira
El 9 de noviembre, Mons. Piolanti se encontró con el Prof. Corrêa de Oliveira y le confirmó los ataques que estaba sufriendo, también a causa de algunas imprudencias de amigos como Mons. Romeo y Mons. Spadafora. El rector de la Lateranense le repite al Profesor brasileño lo que ya le había dicho Mons. Ronca: que se estaba preparando la candidatura del Cardenal Montini para el Cónclave: si resultase elegido "sería el fin de todo". (Maranhão Galliez, Diário, 9 de noviembre de 1962.)
Concilio Vaticano II: UNA HISTORIA NUNCA ESCRITA por Roberto de Mattei (Hereje montiniano de Reconocer y Resistir)
Los Diarios de Monseñor Joseph Clifford Fenton durante el conciliábulo Vaticano 2:
"El sentido o sentimiento de esta reunión parece ser completamente liberal. Estoy ansioso por llegar a casa. Temo que no haya nada que pueda hacer aquí. Estar en el concilio es, por supuesto, la gran experiencia de mi vida. Pero, al mismo tiempo, ha sido una terrible decepción. Nunca pensé que el episcopado fuera tan liberal. Esto va a marcar el fin de la religión católica tal como la hemos conocido. Habrá misas en lengua vernácula y, peor aún, habrá una teología miserable en las constituciones".
DIARIOS, 31 de octubre de 1962.
"SI NO CREYERA A DIOS, ESTARÍA CONVENCIDO DE QUE LA IGLESIA CATÓLICA ESTABA A PUNTO DE TERMINAR."
DIARIOS, 23 de noviembre de 1962.
Montini viaja a Jerusalén en 1964 (ningún Papa desde San Pedro volvió) con el Pectoral del Juicio del Sumo Sacerdote Levítico (Juan 5,43), pecando mortalmente como dice el Concilio de Florencia en su Decreto para los Jacobitas.
Jean Guitton
"P: ¿Y cuál fue el momento culminante del Concilio?
"R: El momento fundamental fue el último día. El día en que el Papa invitó a estadistas, obreros, intelectuales, mujeres, discapacitados y les indicó a cada uno un programa de vida. Fue la sesión final del Concilio, la más esencial, en la que el Papa entregó la enseñanza del Concilio como herencia a toda la humanidad. Él mismo me anunció ese día diciendo: "ESTOY A PUNTO DE TOCAR LAS SIETE TROMPETAS DEL APOCALIPSIS."
Nota: Las trompetas son señal del Juicio.
(Is. 27, 13; Jl. 2, 1; Mt. 24, 31; 1 Co. 15, 52; 1 Ts. 4, 16)
FIN DE LAS OBJECIONES
Continuará...