MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (XIV)

 

5. Fábula de "SALUS POPULI SUPREMA LEX ESTO", es decir, "La salvación de las personas sea la ley suprema", o "la necesidad no conoce ley", que es el grito de guerra de todo cismático para pretender implementar su cisma, aunque sea a despecho del Papado y su Magisterio infalible, que junto con el CIC de 1917 les incapacitan y anulan por completo, privándoles de cualquier ansia por poseer la Jurisdicción que sólo el Papa posee plena y universalmente, pero a quien esos orgullosos individuos se empeñan en ignorar y menospreciar satánicamente.


6. Fábula modelo de “tradicionalismo T.O.C.” (de Trastorno Obsesivo Compulsivo).

Los intrusos de las sectas y el falso clero tradicionalista dicen, verídicamente: ¡El Conciliábulo es falso! ¡La Novus Ordo Missae es falsa! ¡Más de mil millones de personas están engañados! ¡Más de cuatrocientos mil clérigos son inválidos! ¡Bergoglio no es Papa!

Les contestan los de la secta conciliar: ¡Catastrofistas! ¡Siervos de Satanás! ¡Lleváis a la desesperanza! ¡Blasfemos! ¡Nos angustiáis! ¿Dónde están las promesas de N.S.J.C.? ¡Decís que ha ganado el Hades! ¡Decís que Jesús mintió! ¡Anatema!

Les decimos nosotros también: Su garaje o secta particular es inválido e ilícito, írrito y sin efecto.

Nos contestan los intrusos cismáticos tradicionalistas: ¡Catastrofistas! ¡Siervos de Satanás! ¡Lleváis a la desesperanza! ¡Blasfemos! ¡Nos angustiáis! ¿Dónde están las promesas de N.S.J.C.? ¡Decís que ha ganado el Hades! ¡Decís que Jesús mintió! ¡Anatema!

Los lectores podrán comprobar así la ceguera y la hipocresía con la que razonan y actúan estos peligrosos delincuentes infractores del Magisterio y el CIC…

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MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (XIII)

 

4. Fábula del hereje episcopaliano Berkeley y su sofisma de que "esse est percipi", o sea, "ser es ser percibido", empirismo absoluto/empirismo idealista/idealismo subjetivo, en el que caen TODOS LOS FALSOS PASTORES Y FALSOS CRISTOS DEL PSEUDO CLERO TRADICIONALISTA CONGREGACIONISTA,  aplicando erradamente el error común únicamente cuando ellos se han dado cuenta del engaño, y decretando que la Gran Apostasía empieza únicamente cuando a ellos les conviene.


El desarrollo de esta perversa fábula muy extendida es el siguiente: Algunas fábulas de los garajes, dicen que el 8 de diciembre de 1965, no existió la Gran Apostasía y que el Orbe no apostató al aceptar la nueva falsa religión que allí sintetizó su magisterio y fue aceptado por la jerarquía otrora Católica, sino que ésta tomó forma cuando algunos pudieron percibirla a finales de los 70 principios de los 80; unos dicen que con la imposición del Novus Ordo Missae por parte de Montini-P6, otros que especialmente a mediados-finales de los 80 con el pandemónium-aquelarre de Asís organizado por Wojtyla-JP2, otros dicen que con la retirada de Ratzinger, otros con Bergoglio y su adoración al demonio Pachamama, etc.; existiendo una especie de limbo donde la herejía y la apostasía no es, no existiría al no ser percibida, pues el error común la mantendría en una suerte de no-ser, donde el Código de Derecho Canónico y el Magisterio quedarían varados, y una vez éstas se perciben, aparecería “mágicamente” la apostasía, siendo que aquéllos que la perciben son capaces de elegir el momento que les interese para salvar, por ejemplo, su potestad de orden y jurisdicción, o su membresía en la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, y a partir de ahí el error común queda despejado, y todos los demás que no están en la misma posición, trazada esta línea de salida, quedan definidos en la apostasía, herejía y cisma, línea que puede moverse por simpatías.


Por tanto, la apostasía no existe hasta que no se hace evidente y es percibida por X actores, que confirmarían el fin del error común, a partir del cual la apostasía comienza a ser. 


Esto no son más que ideas quiméricas que solo pretenden salvar a los miembros de los garajes o sectas particulares, ya que son éstos los que deciden arbitrariamente cuándo comienza la Operación de error, que es justamente cuando por una gracia descubren el engaño, pero que ellos, en su soberbia, deciden que éste comenzó cuando a ellos le viene bien, porque si la apostasía comenzó formalmente y públicamente el 8 de diciembre de 1965 y no hay Papa desde el 9 de octubre de 1958, quizás no son lo que dicen ser, es decir clérigos, clérigos Católicos, fieles Católicos, sino que están en situación de infamia de ley por herejía, cisma y apostasía, y no están dispuestos a aceptar que cayeron en la Operación de error, como lo hizo todo el Orbe, aceptando una falsa religión y adhiriéndose a sus filas, consciente o inconscientemente, pues por más que no quieran aceptar que, aun no sabiendo que el vino con el que se han embriagado contenía cianuro, éste no pierde sus propiedades venenosas, como algunos nos quieren hacer creer, y que en el mismo momento en que se vierte el veneno la copa ya está envenenada, y cuando uno la bebe ya se ha envenenado, no cuando uno comienza a sentir sus efectos perniciosos tiempo más tarde, cuando ya hay una ictericia evidente al quedar el hígado inservible.

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MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (XII)

 

3. Fábula del Canon 209 y el famoso “error común”.

Can. 209 - In errore communi aut in dubio positivo et probabili sive iuris sive facti, iurisdictionem supplet Ecclesia pro foro tum externo tum interno.

Esta es la fábula favorita de la gran mayoría del falso clero y los falsos religiosos “tradicionalistas-sedevacantistas”, los cuales piensan ingenuamente que el recurso tramposo a este canon va a funcionar como una “varita mágica” que todo lo puede validar y legitimar, incluso el más flagrante desprecio y desobediencia hacia el Magisterio y el Código de Derecho Canónico. Según la lógica torcida de estos insolentes intrusos, sus simulaciones y profanaciones estarían "amparados" y "justificados" por una especie de “error común casi universal” (sic) que se habría operado sobre todo el orbe durante el conciliábulo Vaticano 2 y la gran apostasía promovida por la Roma usurpada. Se imaginan así estos impostores que se podrá obtener algún “bien” mediante la transgresión de la disciplina impuesta por S.S. Pío XII, pues según ellos, “estaban engañados por el error común” (!?), de ahí que N.S.J.C. y la Iglesia estarían obligados a suministrarles a ellos Jurisdicción para perpetrar sus horribles sacrilegios.


Pero lo que estos infelices no comprenden es que la Iglesia es el Papa, su Cabeza, que es la que suple la Jurisdicción para todo el Cuerpo Místico, pues el ÚNICO que tiene la jurisdicción plena y universal es el Papa, y no ningún cismático excomulgado como Lefebvre o Thuc, ni ninguna “iglesia pneumática” que pretenda funcionar sin Cabeza, pues la santa Iglesia de Dios siempre ha sido jurisdiccional. Si no quieren entender que sin Papa nada funciona, y se quieren autoengañar diciendo que no hubo apostasía masiva el 8 de diciembre de 1965, y que esto es como un interregno normal, después de 65 años, eso sólo puede significar que todos estos falsos ensotanados están bajo la insidiosa Operación de error, que les ciega por el orgullo y el apego desordenado que tienen a un trozo de tela que les da una falsa autoridad, en lugar del amor, la fidelidad y la obediencia que le deben al Papa, a la Santa Iglesia y a N.S.J.C, es decir, a Dios. Su situación es realmente más dura y de mayor sacrificio que la nuestra, simples laicos como ellos, pero nosotros lo aceptamos mientras que ellos se aferran a un estado clerical inexistente, de ahí que también supondría para ellos un mayor grado de gloria si tuvieran la humildad suficiente para reconocer que fueron engañados por los falsos cristos de Lefebvre y Thuc, pero se niegan por una mera cuestión de orgullo detestable y apego a la vanagloria y la estimación de los desorientados fieles sin formación teológica y canónica que les adulan ciegamente.

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MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (XI)

 

Compendio de las principales fábulas o falsas lógicas de la Anomia difundidas por los falsos cristos y sus falsos profetas:

1. Fábula de la promesa de N.S.J.C. de estar con nosotros hasta “la consumación de los siglos” (Mateo 28, 20), que muchos falsos cristos y falsos profetas han entendido mal y lo han traducido como “el fin del mundo” literalmente, es decir, el Día del Juicio Final, la destrucción física del mundo, etc., para así justificar sus sacrilegios y profanaciones y su arrogante pretensión de creer que pueden funcionar sin un Papa que suministre la Jurisdicción que sólo el Vicario de Cristo posee por derecho divino, por lo que todos ellos operan desde la más absoluta y flagrante ilegalidad e invalidez, sin Jurisdicción alguna, lo que les convierte a todos ellos en peligrosos intrusos y salteadores de almas que no han entrado por la puerta del Redil y deben ser vigorosamente rechazados y denunciados por los fieles. 

Ya hemos explicado que la consumación de los siglos es el fin de una época, no el fin del mundo entendido literalmente, sino el fin de la era cristiana en la que la Iglesia y el Papado alumbraban, regían y santificaban al Orbe Católico, los cuales constituían el Katejón u obstáculo que mantenía atado al misterio de iniquidad e impedía la manifestación del impío, y que una vez ambos han sido quitados de en medio para que se cumpla la Escritura, Satanás ha sido desencadenado, dando así comienzo al tiempo del Anticristo o tiempo de la Anomia.


2. Fábula blasfema y perversa de que es posible reconocer al Papa y resistirle cuando éste hubiera desviado de la Fe y enseñado un Evangelio distinto, fábula que tiene su origen en el hipócrita charlatán de Marcel Lefebvre.

¡Si acusas al Papa, acusas a N.S.J.C., y si acusas a N.S.J.C., acusas a Dios Uno y Trino! La chifladura lefebvrista es un gravísimo pecado contra el Espíritu Santo. ¿Pero qué clase de chalado puede siquiera imaginarse que el Papa pueda invalidar todo lo sagrado y hacer lo posible para que el rebaño de Nuestro Señor Jesucristo caiga en el lago de azufre, utilizando el Poder mismo e inmediato del Verbo Encarnado y siendo inspirado por el Espíritu Santo?!; ¿pero qué clase de susurro infernal dirigía a Lefebvre para siquiera pensar tamaña blasfemia? ¿pero qué clase de hipnosis padecen aún hoy sus sectarios que son legión? Si Montini era el Papa, como siempre creyó Lefebvre, entonces la Novus Ordo es válida, el Rito de Ordenación Montiniano es Válido y todo el herético conciliábulo es Dogmático. ¡Y Montini era el Anticristo!

Volveremos a abordar esta fábula más adelante para refutarla definitivamente con textos del Magisterio.

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MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (X)

 

Las fábulas, o lógicas de la Anomia, son las lógicas de desobediencia al Papado, que suelen usar normalmente los acólitos al thucismo, al lefebvrismo o al ecumenismo sedevacantista congregacionista, lógicas normalmente contradictorias y basadas en su percepción subjetiva y falaz, lógicas perversas donde estos sectarios anteponen sus intereses personales y sus propios trastornos obsesivo compulsivos a lo que los Papas decretaron y dejaron dictaminado a perpetuidad, ciegos como están todos estos hidrópicos del tiempo del Ánomos debido a su detestable soberbia luciferina que les impide recibir la Gracia que Dios concede únicamente a los humildes y pequeños. Trataremos acerca de estas insidiosas fábulas urdidas por la perversidad de los falsos profetas en el capítulo siguiente.


4. Las siguientes fábulas de la Anomia de los falsos cristos y sus falsos profetas han sido identificadas en el devenir de estos convulsos años transcurridos desde la muerte del último Pontífice Católico S.S. Pío XII, y con ello la consiguiente desaparición del Katejón que retenía la manifestación del impío supremo que debía engendrar la abominable Ramera del Apocalipsis que ha eclipsado a la Esposa Santa e Inmaculada de N.S.J.C. a ojos del universo entero para espanto y conmoción del Cielo y la tierra. Todas estas retorcidas fábulas obedecen a una serie muy extensa de trastornos obsesivo compulsivos padecidos por quienes las esparcen, que ellos califican arrogantemente como “nuevo magisterio” acuñado por ellos mismos, y que nosotros hemos denominado “Tradicionalismo T.O.C., esto es, de Trastornos Obsesivos Compulsivos. Todas ellas han sido refutadas por completo mediante la Sagrada Escritura y el Magisterio infalible de los Vicarios de Cristo, que constituyen ambas la espada del Espíritu Santo que es la Palabra de Dios, de la cual los fieles y últimos elegidos deben armarse ineludiblemente si quieren sobrevivir a la terrible cacería y matanza espiritual que se está desarrollando ante nuestros ojos en este mismo momento. Por tanto, cada vez que oigamos a alguno de estos falsos cristos o sus falsos profetas intentar engañarnos con estas perversas fábulas que siguen, sepamos que esa gente está extraviada por causa de su orgullo y su desobediencia hacia la única autoridad instituida por Dios para apacentar, regir y gobernar al Rebaño, que es el bendito San Pedro y sus Sucesores, siendo el último de ellos S.S. Pío XII, cuyo Magisterio infalible sigue vigente hasta la Parusía, por lo que ningún crédito debemos prestarle a quienes así intentan engañarnos, sino que debemos huir de ellos y evitarlos como herejes y sectarios obstinados, aplicando lo que se nos recomienda en Tito 3,10 respecto a esos infelices individuos extraviados y cegados por su propia soberbia luciferina.

A continuación... Compendio de las principales fábulas o falsas lógicas de la Anomia difundidas por los falsos cristos y sus falsos profetas




MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (IX)

 

Por tanto, que nadie se engañe, pues todos los que dan crédito a las fábulas de esos impostores y les otorgan una autoridad o una legitimidad que NO poseen, participando de sus simulaciones y dejándose apacentar, esto es, instruir espiritualmente por ellos, deben saber que están siendo cómplices de un gravísimo sacrilegio, pese a que no haya consagración, ni por tanto transubstanciación en todos esos horribles sacrilegios, puesto que quienes los cometen son únicamente simples laicos disfrazados, pero quienes se han dejado abducir mentalmente por esos falsos pastores sí piensan que están recibiendo el Cuerpo y la Sangre de Cristo realmente, de ahí que se les impute la terrible advertencia en I Corintios 11, 29 contra quienes comulgan sin hacer el debido discernimiento del Cuerpo del Señor, haciéndose reos del Cuerpo y de la Sangre de N.S.J.C., comiendo y bebiendo su propia condenación.


Para que nuestros lectores comprendan la tremenda gravedad que supone el crimen sacrílego de la simulación del Santo Sacrificio de la Misa, les invitamos a leer lo que sigue:

"Nos parece superfluo demostrar con muchas palabras cuán grave y horrendo crimen comete cualquiera que, sin estar investido del Orden sacerdotal, se atreva a celebrar el sacrificio de la Misa, ya que las razones por las que se considera justamente un crimen tan sacrílego son tan evidentes a todos que debe ser detestado y castigado con una rigurosa aplicación de sanciones".

[…] "No se reciba a ningún obispo, presbítero o diácono itinerante sin cartas de recomendación; y cuando presenten cartas, examínese cuidadosamente su contenido; y recíbanse si son de piedad probada; de lo contrario, no se les dé ni siquiera lo necesario y no se les admita en modo alguno a la comunión: muchas cosas pueden resultar de un comportamiento subrepticio".

S.S. Benedicto XIV, Encíclica Quam Tumba.


"Firmemente creemos y confesamos que, por más honesto, religioso, santo y prudente que uno sea, no puede ni debe consagrar la Eucaristía ni celebrar el sacrificio del altar, si no es presbítero, ordenado regularmente por obispo visible y tangible. Para este oficio tres cosas son, como creemos, necesarias: persona cierta, esto es, un presbítero constituido propiamente para ese oficio por el obispo, como antes hemos dicho; las solemnes palabras que fueron expresadas por los Santos Padres en el canon, y la fiel intención del que las profiere. Por tanto, firmemente creemos y confesamos que quienquiera cree y pretende que, sin la precedente ordenación episcopal, como hemos dicho, puede celebrar el sacrificio de la Eucaristía, es hereje y es partícipe y consorte de la perdición de Coré y sus cómplices, y ha de ser segregado de toda la Santa Iglesia Romana".

S.S. Inocencio III, Eius Exemplo, 1208.


Por último, esta severa amenaza de Nuestro Señor Jesucristo en forma de parábola golpea también a los falsos cristos y sus falsos profetas, así como a sus desdichados acólitos que prefirieron la seducción de las pérfidas fábulas de esos charlatanes hipócritas a la Verdad sólida e infalible de la Santa Palabra de Dios revelada en la Escritura y el Magisterio: Parábola del banquete nupcial y del convidado sin traje de boda (Mateo 22, 10-14), la cual es aplicable a los engañados por los falsos cristos y sus falsos profetas, así como a todos esos lobos rapaces, pues muchos de ellos habrán vivido de manera aparentemente piadosa a ojos del mundo y de su propia conciencia engañada, pero no poseerán sin embargo la Gracia esencial que les habría hecho Católicos, que es la sumisión, fidelidad y obediencia al Papado y su Magisterio infalible, que todos estos desobedientes y falsos humildes tantas veces ignoraron o despreciaron abiertamente al creer impíamente que podían funcionar sin el permiso del Papa y sin haber recibido ninguna misión ni jurisdicción del Vicario de Cristo, por lo que serán reputados como cismáticos y acatólicos en la hora del Juicio. Recomendamos leer también los comentarios extraídos de la Biblia de Mons. Straubinger:

"Salieron aquellos siervos a los caminos, y reunieron a todos cuantos hallaron, malos y buenos, y la sala de las bodas quedó llena de convidados. Mas cuando el rey entró para ver a los comensales, notó a un hombre que no estaba vestido con el traje de boda.  Díjole: «Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin tener el traje de boda?» Y él enmudeció.  Entonces el rey dijo a los siervos: «Atadlo de pies y manos, y arrojadlo a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes». *Porque muchos son llamados, más pocos escogidos.”


[* 14. También esta parábola se refiere en primer lugar al pueblo escogido de la Antigua Alianza. A las fiestas de las bodas de su Hijo con la humanidad convida el Padre primeramente a los judíos por medio de sus “siervos”, los profetas. Los que despreciaron la invitación perderán la cena (Lucas 14, 24). Los “otros siervos” son los apóstoles que Dios envió sin reprobar aún a Israel (Lucas 13, 6 ss.), durante el tiempo de los Hechos, es decir, cuando Jesús ya había sido inmolado y “todo estaba a punto” (versículo 4; Hechos 3, 22; Hebreos 8, 4 y notas). Rechazados esta vez por el pueblo, como Él lo fuera por la Sinagoga (Hechos 28, 25 ss.) y luego “quemada la ciudad” de Jerusalén (versículo 7), los apóstoles y sus sucesores, invitando a los gentiles, llenan la sala de Dios (Romanos 11, 30). El hombre que no lleva vestido nupcial es aquel que carece de la gracia santificante, sin la cual nadie puede acercarse al banquete de las Bodas del Cordero (Apocalipsis 19, 6ss.). Cf. 13, 47 ss. y notas]


Y en el mismo capítulo 22 del Evangelio de San Mateo, leemos un poco más adelante este revelador versículo 29:

*Les respondió Jesús y dijo: “Erráis, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios.


Sobre el cual añadimos este jugoso comentario entresacado de Mons. Straubinger, complementado con nuestras propias reflexiones que destacamos en color morado:

[* 29. ¡Erráis por no entender las Escrituras! ¿No es éste un reproche que hemos de recoger todos nosotros? Pocos son, en efecto, los que hoy conocen la Biblia, y no puede extrañar que caiga en el error el que no estudie la Escritura de la Verdad, como tantas veces lo enseña Jesús, y tanto lo recuerdan los Sumos Pontífices al reclamar su lectura diaria en los hogares. Cf. versículo 31; 21, 42; Juan 5, 46 y nota. Y muchos menos todavía son quienes conocen el verdadero tesoro escondido del Magisterio infalible de los Vicarios de N.S.J.C., el cual es también Palabra de Dios inspirada por Su Espíritu Santo a los Sumos Pontífices para instrucción y gobierno de todos los fieles Católicos. ¡De ahí que sean tantos hoy los que erren y caigan en los retorcidos sofismas y fábulas de la Anomia difundidos por los falsos profetas, esos leprosos del cisma y la herejía, precisamente por no conocer el Magisterio que les podía haber protegido contra esos graves errores y desviaciones!]


Es universalmente conocido que la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana está fundada en la solidez de San Pedro, la Piedra, pero estas sectas quieren hacernos creer que debemos desobedecer a S.S. Pío XII, Piedra fundamental de la Iglesia, y que los debemos seguir a ellos, ellos que dicen que conocen el espíritu de la letra, que no es otro que la desobediencia y el non serviam, que debemos seguirlos a sus cuevas de ladrones, de intrusos, de zorros y lobos, navegar en sus jangadas y que nos dejemos guiar por estos piratas, bucaneros, corsarios, filibusteros, ladrones y profanadores de los tesoros de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, que nos dejemos engañar por el brillo de sus mitras, garfios y sus saqueos y botines, con la excusa del rito, el incienso y la pompa, y que hagamos defección de San Pedro, Príncipe de los Santos Apóstoles y Piedra fundamental de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, que habla en sus sucesores asistido por la Santísima Trinidad al completo; estos pérfidos ladrones salidos de las profundidades la Babilonia la Grande quieren secuestrarnos mediante sofismas y disfraces para llevarnos de vuelta de donde Dios Uno y Trino nos sacó gratuitamente sin nosotros merecerlo.

¡Que traición al buen Dios y a tal Compasión sería volver a entrar allí de donde nos sacaron para nuestra salud, esto es, salvación!

¡Dios Uno y Trino quiera que no caigamos por nuestros pecados personales y nos perdamos, y que nos mantenga firmes en no abandonar a Su Santa Iglesia fundada sobre Pedro, sobre la solidez de la Piedra, y adentrarnos en las falsas iglesias de pies de barro y arenas movedizas, abandonando el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Señor!

Continuará...



MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (VIII)

 

Pero no quisiera terminar este apartado sin antes mencionar la terrible amenaza de parte de Jesucristo Nuestro Señor que pende sobre los falsos cristos y sus falsos profetas, así como sobre todos los que dieron crédito a las absurdas y demenciales fábulas de estos impostores y fueron seducidos por sus falsos prodigios, yendo a caer en sus garras, esto es, uniéndose a sus sectas y participando de sus sacrilegios y profanaciones. Resulta especialmente significativo y sobrecogedor que Nuestro Señor nos advierte acerca de estos hipócritas desobedientes en Mateo 7, 15-20, llamándoles por su nombre de falsos profetas y comparándolos con árboles malos que no pueden producir ningún buen fruto, por lo que serán cortados y echados al fuego, esto es, al acabar su hilo de vida serán condenados al infierno por toda la eternidad. En efecto, justo a continuación Nuestro Salvador y Redentor nos explica en qué consistirá la sentencia de condenación de estos desgraciados soberbios. Es URGENTE que quienes han sido engañados por estos individuos lean esto y salgan inmediatamente de su perniciosa influencia, pues se están jugando la vida eterna: “No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos cantidad de prodigios?» Entonces les declararé: «Jamás os conocí. ¡Alejaos de Mí, obradores de iniquidad!». (Mateo 7, 21-23). Sí, esta terrible advertencia del Señor recae directamente sobre todos estos falsos pastores, ciegos hidrópicos hinchados de soberbia y ávidos de la falsa gloria que les otorgan sus fraudulentos títulos y sus inexistentes dignidades de “monseñor”, “padre”, “abbé”, “fray” o “sor”, hasta el punto de despreciar y desobedecer a la Voluntad del Padre Celestial que se expresa en que la Iglesia de Dios ha de estar regida por San Pedro y sus Sucesores, cuyo Magisterio infalible es preciso obedecer fielmente por parte de TODOS los fieles, ya sean Obispos, Sacerdotes, o Religiosos, ya sean simples laicos, todos estamos obligados a obedecer a los Papas para obtener la salvación del alma, pues quien obedece al Papa obedece a Dios, pero quien no le obedece está desobedeciendo al mismo Dios, está imitando al soberbio Lucifer cuando entonó su impío y blasfemo “Non Serviam” ante la Trinidad Beatísima en medio de la corte celestial, lo cual le valió la expulsión ipso facto del Cielo y ser precipitado en lo más profundo del abismo.


Además, esta otra advertencia de Nuestro Señor Jesucristo se aplica también a los falsos cristos y falsos profetas y a quienes se han dejado embaucar por ellos: Le dijo uno: “Señor, ¿los que se salvan serán pocos?” Les respondió: “Pelead para entrar por la puerta angosta, porque muchos, os lo declaro, tratarán de entrar y no podrán. En seguida que el dueño de casa se haya despertado y haya cerrado la puerta, vosotros, estando fuera, os pondréis a llamar a la puerta diciendo: «¡Señor, ábrenos!» Más él respondiendo os dirá: «No os conozco (ni sé) de dónde sois.» *Entonces comenzaréis a decir: «Comimos y bebimos delante de ti, y enseñaste en nuestras plazas.» *Pero él os dirá: «Os digo, no sé de dónde sois. Alejaos de mí, obradores todos de iniquidad.» AlIí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y a vosotros arrojados fuera. Y del oriente y del occidente, del norte y del mediodía vendrán a sentarse a la mesa en el reino de Dios. Y así hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.” (Lucas 13, 23-30).


Los comentarios a este pasaje en la Biblia de Mons. Straubinger son muy reveladores al respecto:

[* 26. Enseñaste en nuestras plazas: En el versículo 27, Él insiste en decir que no los conoce. Además, escrito está que “nadie oirá su voz en las plazas”, porque Él no será turbulento (cf. Mateo 12, 19 y nota). Si ellos escucharon, pues, fue a otros, como se lo anunció Jesús (Juan 5, 43 y nota); a otros que no buscaban la gloria del que los envió, sino la propia gloria (Juan 7, 18 y nota), por lo cual no podían tener fe (Juan 5, 44 y nota). Ésos no eran por tanto, los verdaderos discípulos a quienes Él dijo: “Quien a vosotros escucha, a Mí me escucha” (Lucas 10, 16), sino los falsos profetas sobre los cuales tanto había prevenido Él. Cf. Mateo 7, 15 y nota.

* 27. Véase Mateo 15, 8, citando a Isaías 29, 13. Mateo 7, 23; 25, 41. Condena Jesús anticipadamente a aquellos cristianos que se contentan con el solo nombre de tales y con la vinculación exterior a la Iglesia].


En efecto, en la hora decisiva del Juicio, muchos engañados por los falsos cristos y sus falsos profetas alegarán inútilmente ante Nuestro Señor que ellos “comieron y bebieron delante de Él”, esto es, recibieron lo que creían eran los Santos Sacramentos de manos de esos intrusos e impostores, los cuales también les predicaron sin tener ninguna misión ni jurisdicción sobre ellos, pero a quienes estos pobres incautos otorgaron un crédito indebido e inmerecido, pensando que con su falsa predicación Nuestro Señor les estaba “enseñando en sus plazas”, o sea, en sus capillas y garajes cismáticos y heréticos, en total desprecio y flagrante desobediencia del Magisterio Papal y del CIC, que prohíben severamente asistir a celebraciones de intrusos y excomulgados por cisma y herejía. Qué terrible será su sorpresa cuando descubran en el momento crucial del Juicio que Nuestro Señor no les reconocerá ni sabrá de dónde vienen, pues en efecto todas estas comunidades sectarias y cismáticas han sido generadas en el espíritu de la rebeldía y el desacato de la autoridad divina de los Vicarios de Cristo para enseñar, atar y desatar, creyendo en su infinita soberbia que podían funcionar saltándose todos los cauces y disciplinas establecidas por la Santa Sede. Por esta razón afirmamos que estos orgullosos rebeldes no buscaban la Gloria de Dios sino la suya propia, una falsa y vana gloria humana, el ser alabados y venerados por los ciegos y los simples a quienes tenían completamente engañados en sus respectivas sectas particulares (FSSPX, IMBC, CMRI, SSPV, Palmar de Troya, Sociedad Sacerdotal Trento, Mont Carmel, Avrillé, y demás grupúsculos y organizaciones cismáticas, así como todos los falsos “clerici vagantes” surgidos de estas sectas y que ahora funcionan independientemente, como si pudieran), pobres ciegos abducidos que también les mantenían económicamente y hacían de ellos unos simoníacos sacrílegos, pues NINGUNO de ellos fue enviado por Dios ya que no había Papa que les pudiera conceder el permiso y la misión canónica, así como suministrar la Jurisdicción necesaria para funcionar, sin olvidar además que ellos menospreciaron e ignoraron constantemente la voz de Pedro en la persona de S.S. Pío XII, que les prohibía taxativamente las fechorías e ilegalidades que estos insensatos perpetraron en el colmo de su osadía e hipocresía. Por esta razón afirmamos que todos ellos están malditos y han sido sentenciados por Dios. Lo más espantoso será, sin duda, cuando tengan que oír de labios de Nuestro Señor Jesucristo aquellas durísimas palabras de «No os conozco (ni sé) de dónde sois», seguidas de la temible sentencia de condenación “Alejaos de mí, obradores todos de iniquidad.» Se entiende ahora nuestra insistencia para que todos los que hayan sido engañados por estos peligrosos embaucadores que trafican con lo sagrado abandonen INMEDIATAMENTE a esos sectarios cismáticos, los cuales llevan marcada a fuego su conciencia y caminan hacia su perdición al tiempo que convierten a muchos infelices e ignorantes en meros consumidores de sacramentos que no son sino sacrilegios y profanaciones, como nos advierten el Magisterio y el Derecho Canónico, haciéndoles incurrir en communicatio in sacris con esos orgullosos leprosos del cisma y la herejía.

Continuará...





MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (VII)

 

En este sentido, podemos comparar también el enorme pecado de estos falsos pastores con el pecado que cometió el rey Saúl [cf I Reyes 8-14], quien se atrevió a celebrar el holocausto sin ser Sacerdote, lo cual era contrario a la Ley y fue una grave culpa, aunque su intención fuera evitar que su pueblo se dispersara, que es exactamente lo mismo que hacen los intrusos heréticos y cismáticos hoy, pues pretenden erigirse ellos mismos en la Iglesia visible sin ser ni siquiera Sacerdotes, con el pretexto falaz de evitar que los fieles se dispersen tras la gran apostasía de la secta conciliar, amén de otras excusas peregrinas que esos hipócritas se han fabricado para justificar su injustificable transgresión y desobediencia al Magisterio de S.S. Pío XII y a los Santos Cánones. Como leemos en el comentario de ese pasaje en la Biblia de Mons. Straubinger, “es ésta una gran lección para mostrarnos cómo la fe y confianza en Dios deben mantenerse aún contra toda apariencia, sin que pretendamos recurrir a nuestra prudencia humana para corregir lo que nos parece un error de la Sabiduría infinita». Lo cual constituye, en efecto, exactamente el mismo pecado de esos fraudulentos impostores, los cuales se atreven a juzgar impíamente como un “error” de S.S. Pío XII el que haya dejado atado en la tierra y en los Cielos que absolutamente nadie pueda usurpar las funciones del Papa durante el tiempo que la Sede se encuentre vacante, por lo que ellos, en el colmo de su soberbia maliciosa y su satánica prudencia humana, han creído conveniente “consagrarse” y “ordenarse” entre ellos mismos, como si acaso pudieran, y sin Pedro y contra Pedro, demostrando así a todos su escasa fe y confianza en Dios, y su nula Catolicidad, pues quien no está unido a la Santa Sede no es Católico sino hereje y cismático.


"Quien deja la cátedra de Pedro, sobre la que está fundada la Iglesia, no está en la Iglesia. Pues quien no guarda la unidad con la Iglesia, tampoco tiene la Fe".

San Cipriano

 

"...Se entregaban únicamente al estudio de los libros de la Escritura Santa, sin tener la presunción de pedir su interpretación a sus propios pensamientos, sino que la buscaban en sus escritos y en la autoridad de los antiguos, que, a su vez, según era evidente, recibieron de la sucesión apostólica la regla de su interpretación... " 

San Gregorio Nacianceno y San Basilio.


Además, el episodio narrado en Números 16 acerca de la sedición protagonizada por Coré, Datán y Abirón, con el espantoso final que tuvieron, nos sirve para ilustrar a la perfección la increíble perversidad y osadía de estos miserables falsos profetas de las sectas y el falso clero tradicionalista – sedevacantista, quienes emulan a aquellos orgullosos israelitas en su satánico intento por crear un sacerdocio laico, completamente al margen de la autoridad instituida por Dios, que en aquella época eran Moisés y Aarón, y en nuestro tiempo es el Vicario de Cristo. Leamos los excelentes comentarios que se nos dan en la Biblia de Mons. Straubinger al hilo de este pasaje: “En este capítulo se nos presenta el primer intento conocido de crear un sacerdocio laico, independiente de la autoridad instituida por Dios. Moisés, que no era sacerdote, reconoció inmediatamente el alcance de este movimiento que en caso de imponerse hubiera socavado los fundamentos del régimen teocrático. Por eso no fue la mansedumbre (cf. 12, 3) la que le impulsó esta vez a interceder por los malhechores, sino que, movido por el santo celo, pidió a Dios que no aceptara la oblación de los malhechores (v. 15). Coré, primo hermano de Moisés y Aarón, parece haberse sublevado por pura ambición y envidia, porque, siendo de la misma familia, quería participar en los honores y privilegios de los sacerdotes. No reconocía la idea de un sacerdocio instituido por Dios, proclamaba la igualdad de sacerdotes y laicos, y negaba prácticamente la autoridad de Aarón como jefe espiritual del pueblo. Movimientos semejantes encontramos también en las épocas cristianas, desde los gnósticos hasta las sectas modernas, todas las cuales coinciden en negar lo que dice San Pablo en Hebreos 5, 4. “Nadie se toma este honor sino el que es llamado por Dios como lo fue Aarón”. Por eso San Agustín compara a Coré con los herejes que dividen el Cuerpo Místico de Cristo. Cf. 19, 6; I Corintios 12, 4 ss.; Éfeso 4, 11. Datan y Abirón tenían muy otros motivos para sublevarse. A ellos no les importaba tanto la autoridad espiritual. Eran rubenitas, hijos del primogénito de Jacob y por eso creían tener derecho a ejercer cierta autoridad sobre las otras tribus. No podían comprender que Dios hubiese entregado todo el poder en manos de Moisés y Aarón, que eran de la tribu de Leví. Estos dos movimientos, el de los levitas que aspiraban a la dignidad sacerdotal, y el de los rubenitas que buscaban recuperar los derechos de la primogenitura, que habían perdido (cf. Génesis 49, 4 y nota), se unieron, y organizaron un motín que amenazaba destruir toda la obra que Moisés había hecho por orden de Dios”.


Como vemos, la desobediencia y la rebeldía contra Dios y contra Sus Pontífices están en el origen de todo mal y pecado. Por tanto, no es de extrañar que haya paralelismos clarísimos entre lo que en este pasaje se dice y lo que nos advierte el Señor en el libro del Apocalipsis, con las mismas e idénticas palabras, cuando Yahvé les advierte a los israelitas que se aparten de las tiendas de esos hombres impíos [Coré, Datán y Abirán] para no ser solidarios de sus pecados. Y paralelamente tenemos en Apocalipsis 18, 4 la siguiente advertencia: “Salid de ella pueblo mío, para no ser solidarios de sus pecados y no participar en sus plagas”. Es evidente que tanto en Números como en Apocalipsis se nos dice de huir de la compañía de esos malhechores por la existencia de sacrilegios y profanaciones. De lo que se deduce que el castigo de Dios va a caer también sobre estos desgraciados herederos de Coré que son los falsos cristos de hoy, igual que lo hizo sobre Coré, Datán y Abirán por sacrílegos y profanadores, así como cayó sobre el rey Saúl, también sacrílego y profanador, como hemos visto antes. Volveremos a citar este episodio más adelante, pues ejemplifica magistralmente el mismo pecado que cometen los usurpadores y simuladores de nuestros días.

Continuará...




MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (VI)

 

Los falsos cristos son los representantes de la Ramera conciliar, así como de sus franquicias del Ánomos, que son las sectas y el falso clero tradicionalista – sedevacantista surgido de los cismas engendrados por los excomulgados por apostasía pública y notoria [Canon 188.4 y Bula Cum Ex Apostolatus Officio] Marcel Lefebvre y Pierre Martin Ngô Thuc, los cuales han ido generando una monstruosa hidra de múltiples cabezas sin control ni dirección alguna, consagrando inválida e ilícitamente a pseudo “obispos” contra lo dispuesto por el Magisterio de S.S. Pío XII [Constitución Apostólica Vacantis Apostolicae Sedis] y el Código de Derecho Canónico de 1917, que castiga con penas severísimas de excomunión ipso facto a quienes tengan la impía osadía de proceder a una consagración episcopal sin permiso de la Santa Sede [Canon 2229.3, 3º ; AAS 43, 1951, pp.217-218 ; Canon 953] así como a quienes tengan la presunción de recibir la consagración de manos de aquellos temerarios que obraron sin permiso de la Santa Sede [Canon 2370]. De lo que se sigue que todos los desgraciados vástagos espirituales de estos dos arrogantes e hipócritas rebeldes y desobedientes al Magisterio de S.S. Pío XII son igualmente falsos cristos, y quedan marcados también con la lepra del cisma y la herejía por ósmosis o influencia mutua con sus heréticos y cismáticos “padres” y “superiores”, siendo golpeados con las penas de excomunión ipso facto e infamia jurídica [Canon 2372 ; S.S. PÍO XII, AAS 42 (1950) p. 601], convirtiéndose así en peligrosos intruso heréticos y cismáticos sin misión ni jurisdicción sobre el Rebaño de N.S.J.C., los cuales deben ser evitados por todos los fieles para no incurrir en communicatio in sacris con individuos que han sido excomulgados por su adhesión al cisma y la herejía, y cuyos actos son todos ellos nulos, inválidos, írritos, ilícitos, gravemente pecaminosos, sacrilegios y profanaciones, como así nos lo enseñan el Magisterio y el CIC. Las censuras mencionadas se aplican al falso “clero” surgido de la secta FSSPX generada por el hipócrita apóstata de Mons. Lefebvre, ya sea que sigan en esa secta o que pretendan funcionar como falsos “clerici vagantes”, así como a todos los pseudo “obispos” y “sacerdotes” surgidos de las cismáticas manos del enfermo mental y simoníaco Mons. Thuc y de sus igualmente impíos y arrogantes vástagos espirituales. Asimismo, dentro de la categoría de falsos cristos debemos incluir también a todos los falsos “religiosos” y a las pseudo “monjas”, a quienes se les aplican las siguientes censuras de excomunión e infamia de ley por haberse atrevido a profesar los votos religiosos ante intrusos apóstatas, heréticos y cismáticos sin misión ni jurisdicción [Canon 646.1 ; Canon 2314.1] y/o hayan osado fundar una congregación religiosa sin permiso del Papa [Canon 492.1 y 3 ; Canon 497.1 y 4]. Todos estos falsos cristos son auténticos leprosos del cisma, la herejía y la apostasía, que van extendiendo su despreciable orgullo y su desobediencia a la autoridad suprema puesta por Dios que es el Papa allá por donde pasan, infectando todo cuanto tocan, de ahí que Nuestro Señor Jesucristo nos haya advertido expresa y repetidamente (Mateo 7, 15-20; Mateo 24, 4-5; Mateo 24, 11 y 12; Mateo 24, 24; II Tesalonicenses 2, 8-12) que no les escuchemos ni tengamos nada que ver con ellos, pues están puestos ahí para confundir y desviar incluso hasta a los elegidos por Dios Uno y Trino si esto fuera posible, cumpliendo así su ingrato pero inevitable papel en la Escritura.


Los falsos profetas son todos los que apoyan y reconocen una falsa autoridad y jurisdicción en los falsos cristos ya mencionados, propagando y difundiendo sus diversas y numerosas sectas fundadas sobre la mentira y el fraude, en abyecto desprecio por el Papado y su Magisterio infalible y los Santos Cánones del Código. Todos ellos son ciegos que guían a otros ciegos, los cuales van a parar todos a la fosa por su enorme pecado de soberbia y desobediencia al Espíritu Santo Paráclito que habla por boca de los Pontífices de Jesucristo. La Gran Ramera Montiniana o conciliar es la secta matriz de la que surgen todos estos falsos cristos y sus falsos profetas, que son todos ellos miasmas del cuerpo místico del Anticristo, elementos en putrefacción que caminan hacia su perdición mientras intentan engañar al mayor número posible de almas cándidas y poco formadas en la Fe, la Doctrina, el Magisterio. De ahí la importancia vital de conocer las perversas y retorcidas fábulas de la Anomia con las que estos supremos rebeldes y desobedientes a Dios intentan engañar una y otra vez a su propia conciencia culpable y a muchos incautos que caen en sus redes; he dicho rebeldes y desobedientes a Dios, porque quien desobedece a S.S. Pío XII, desobedece también al bendito San Pedro, luego desobedece al mismo Jesucristo Hijo de Dios vivo y Segunda Persona de la Santísima Trinidad, desobedeciendo así al Padre Eterno y queriendo enmendarle la plana al mismo Dios Espíritu Santo Paráclito que habla por boca de los Vicarios de Cristo, lo cual, como ya se comprende, constituye un pecado mortal gravísimo para el que Nuestro Señor Jesucristo nos advirtió que no habría perdón (Mateo 12, 31-32). De ahí, repito, la tremenda importancia de conocer cuáles son las fábulas absurdas y diabólicas que estos desgraciados personajes emplean para engañar a propios y extraños, lo cual será tratado en el siguiente punto.

Continuará...




MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (V)

 

Volviendo al infame Montini, él y sus impíos sucesores de la abominable secta conciliar han implantado el luciferino “Nuevo Pentecostés”, que en realidad es la difusión a gran escala del inmundo espíritu de Satanás y de todos sus errores y herejías mediante el aprovechamiento de las estructuras visibles de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, logrando así engañar al universo entero mediante “todo poder y señales y prodigios de mentira, y con toda seducción de iniquidad para los que han de perderse en retribución de no haber aceptado para su salvación el amor de la verdad. Y por esto Dios les envía poderes de engaño, a fin de que crean la mentira, para que sean juzgados todos aquellos incrédulos a la verdad, los cuales se complacen en la injusticia”. Pues, como leemos en los comentarios a este pasaje en la Biblia de Monseñor Straubinger, y que me permito complementar con mis propias adiciones:

[* 10. Los que han de perderse: Este pasaje (versículo 9-12) es tal vez uno de los más terribles de la Escritura y digno de grave meditación. Dios que es la misericordia misma, es también la verdad, cuya expresión nos da en su Hijo Jesucristo, que es su Verbo o Palabra encarnada, y que no cesa de presentarse como la Verdad y la Luz. Así como habrá una tremenda venganza del Amor despreciado (Cantar de los Cantares 8, 6 y nota), así también vemos aquí la venganza de la verdad desoída. Vemos en Salmos 80, 13 que Dios abandonó a sus devaneos al pueblo de Israel que no quiso escucharle [como tampoco han querido escuchar a los Papas y su Magisterio infalible los herejes y cismáticos de hoy, rechazando así de manera obstinada y criminal someterse a la autoridad que los Vicarios de Cristo poseen sobre toda humana criatura y a la que hay que obedecer para aspirar a alcanzar la eterna salvación, cf. S.S. Bonifacio VIII, Bula Unam Sanctam]; así hará aquí entregándolos desarmados “para que crean a la mentira, ya que no tuvieron interés en armarse de la espada del espíritu que es la Palabra de Dios” [expresada y revelada tanto en el Evangelio y la Sagrada Escritura como también en el Magisterio infalible de los Vicarios de N.S.J.C.] (Efesios 6, 11, 13 y 17). Y se cumplirá entonces trágicamente —como hace tiempo se está cumpliendo— aquella palabra de- Jesús en Juan 5, 43, que algunos interpretan precisamente como un anuncio del Anticristo. Véase también Amos, 8, 11 y nota.

* 12. El que es incrédulo a la verdad, se complacerá en la maldad por lo mismo que vimos, a la inversa. en Efesios 5, 9 y nota.]


De este modo, tenemos, pues, la Abominación de la desolación puesta en el Lugar Santo (Mateo 24, 15), que es la coronación del Anticristo y sus secuaces usurpando el Papado y engendrando una monstruosa Ramera de Babilonia que eclipsa desde entonces a la Esposa de N.S.J.C. para engañar al orbe entero, y contra la cual ya nos advirtió Nuestro Señor que saliéramos de allí inmediatamente y no volviéramos atrás, lamentándose por las que estén encintas y las que críen en aquel tiempo (Mateo 24, 19), que se refiere a las almas que estaban llevando a cabo su vocación a la vida sacerdotal o religiosa durante el fatídico momento en que el Anticristo Montini fue coronado como rey impío, éstas son las que están encinta pues habían sido llamadas por el Espíritu Santo para esa santa vocación y habían de ser la sal y luz del mundo, pero que desgraciadamente con el advenimiento del hijo de Satanás perdieron todo su sabor y su misión sagradas, convirtiéndose en propagadores y cómplices de la apostasía y la impiedad del Anticristo y sus infames sucesores al frente de la Gran Prostituta conciliar o montiniana; mientras que las que estaban criando en aquel triste momento son las almas escogidas por Dios Espíritu Santo para ser formadores y directores espirituales de muchos sacerdotes, seminaristas, religiosos, novicios, postulantes, pastoral de las familias, etc., en clara alusión a la Jerarquía, es decir, a los Obispos, pues ellos tenían confiadas a su cargo a innumerables almas en sus respectivas diócesis, a las cuales estaban criando, o sea, apacentando espiritualmente con la Santa Palabra de Dios y los Santos Sacramentos. Se comprende ahora la grave advertencia de Nuestro Señor Jesucristo para que, cuando eso sucediera, todos salieran del Lugar Santo en el que había sido instalada la Abominación, pues el Anticristo y su recién gestada secta infernal lo iban a pervertir y mutilar absolutamente todo, alterando los Sacramentos y haciendo que perdieran definitivamente su Gracia, cambiando los tiempos litúrgicos y destrozando el Santoral, deshaciéndose de una cantidad aterradora de Santos, suprimiendo y aboliendo el Sacrificio Perpetuo como ya nos fuera predicho en la profecía de Daniel, haciendo que la Ramera sea confundida con la Esposa Santa e Inmaculada de N.S.J.C. para pasmo y espanto de todo el universo, dejando al Rebaño como ovejas sin Pastor literalmente, y teniendo a los últimos elegidos Fieles Católicos que forman la verdadera Esposa en el desierto de la sola Fe sobrenatural y en las catacumbas de sus propios hogares y el silencio de su corazón, conducidos hasta allí por el Espíritu Santo Paráclito Consolador que les alimenta con las Gracias Divinas indispensables para no desfallecer.


Y si aquellos días no fueran acortados, nadie se salvaría; más por razón de los elegidos serán acortados esos días. * Si entonces os dicen: «Ved, el Cristo está aquí o allá», no lo creáis. *Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, y harán cosas estupendas y prodigios, hasta el punto de desviar, si fuera posible, aún a los elegidos. ¡Mirad que os lo he predicho! Por tanto, si os dicen: «Está en el desierto», no salgáis; «está en las bodegas», no lo creáis. (Mateo 24, 22-26)

Comentarios a estos versículos en la Biblia de Mons. Straubinger complementados con mi propia reflexión:  [* 23. Buzy, llamando la atención sobre el hecho de que Jesús habla constantemente en plural de falsos Mesías y de falsos profetas y nunca de un falso Mesías en singular o de un Anticristo, concluye: “que en la enseñanza de Jesús como en la de San Juan (I Juan 1, 18-23) no hay un Anticristo individual; no hay sino una colectividad, poderosa y terrible, de anticristos”. Lo mismo observa dicho autor en su nota a II Tesalonicenses 2, 7.

* 24. Los elegidos se librarán del engaño porque al justo se le dará por defensa un juicio seguro (Sabiduría 5, 19). Cf. II Tesalonicenses 2, 10 ss. y nota. [¡Y qué mejor juicio seguro y guía recta para juzgarlo todo que seguir la autoridad infalible del Papado y su Magisterio! Gracias a ellos, así como a la fidelidad a la Divina Gracia y a los dones y luces recibidos del Espíritu Santo Paráclito para entender y penetrar el sentido de la Escritura y del Magisterio, los últimos elegidos podrán salvarse en medio de la Gran Tribulación].


Paralelamente, durante este tiempo del Anticristo o de la Anomia, surgen los falsos pastores, esto es, los falsos cristos con sus falsos profetas (Mateo 24, 24) que les hacen propaganda, y que dicen saber dónde está el Cristo y realizan grandes prodigios para desviar hasta a los elegidos si fuera posible. Estos desgraciados deben estar ahí para que se cumpla la Escritura, su papel es muy ingrato, comparable al de Judas, pues es preciso que ellos estén ahí para que engañen con sus fábulas elaboradas y perversas a muchos que se van a perder por no poseer el amor de la Verdad, intentando engañar también hasta a los mismos elegidos de Dios Uno y Trino para salvarse, si esto fuera posible.

Continuará...




MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (IV)

3. Desarrollo y exposición de la verdadera y dramática situación general

 

El 9 de octubre de 1958, con la muerte de S.S. Pío XII, el último Vicario de N.S.J.C., fue quitado de en medio el Obstaculo o Katejón que retenía e impedía la manifestación del hijo de perdición (II Tesalonicenses 2, 6), el cual era la Iglesia visible y el Romano Pontífice, según interpreta de unánime consentimiento la Iglesia. Con la remoción del Katejón se da por concluido el llamado Milenio o época cristiana, en la que el Cuerpo Místico de Cristo la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana con los Papas como Cabeza visible iluminó y santificó al Orbe entero con el influjo salvífico y arrollador del Espíritu Santo mediante la predicación de la Palabra de Dios y la administración de los Santos Sacramentos.


Con la Iglesia y el Papado habiendo sido quitados de en medio, se eliminó el Obstáculo que impedía el advenimiento del Anticristo, y éste se manifestó efectivamente en la desgraciada persona del impío G. B. Montini, alias “Pablo 6”, el cual fue “anunciado” por su falso profeta Angelo Roncalli, alias “Juan 23”, predicando un falso evangelio diametralmente distinto al Evangelio enseñado por N.S.J.C., en el que se busca la paz y la seguridad (I Tesalonicenses 5, 3) en la tierra, despreciando la vida eterna hasta llegar al olvido absoluto de la dimensión sobrenatural y espiritual del hombre, lo cual desemboca irremediablemente en la más espantosa apostasía. Comienza pues la era llamada de Satanás, o tiempo de la Anomia, esto es, de la sin ley, del desorden y la ausencia total de cualquier autoridad espiritual o moral  superior a la que someterse y por la cual regirse, autoridad superior que siempre fue la Santa Sede, la Roca del Papado, el Katejón que mantenía a raya, reprimiendo con la vigorosa espada del bendito Magisterio infalible, a las puertas del infierno, que son las herejías y errores en la Fe, la moral y la disciplina, impidiendo una y otra vez que éstas prevalecieran contra la Primacía de San Pedro y sus Sucesores. En esta triste época, sin embargo, Nuestra Santa Madre la Iglesia Católica ha sido eclipsada por una abominable secta, la Gran Prostituta Montiniana o de Babilonia, que se hace pasar por Ella y ha usurpado todas sus estructuras externas, engañando a los infelices moradores de la tierra, tal como fue profetizado por Nuestra Señora la Santísima Siempre Virgen María en su aparición de La Salette, Francia, en 1846. Es el tiempo en que Satanás ha sido soltado para seducir a todas las Naciones (Apocalipsis 20, 7-8) mediante los engaños del mundo, siempre repleto de vanidades, y la triple concupiscencia de los ojos, la carne y el orgullo, llevando al orbe entero a la apostasía frente a Dios. Así vemos que el Anticristo Montini fue, en efecto, el encargado de sembrar la cizaña en el extenso campo del mundo que la Santa Iglesia de Dios había fermentado y santificado durante 2.000 años con el Evangelio y los Sacramentos, impulsando una nueva “religión” que apostata de la Religión Católica eterna e inmutable y predica en su lugar una falsificación absoluta de la Verdad y una inversión de todos los Dogmas, ensalzando el progreso humano y la técnica, el indiferentismo, el diabólico ecumenismo que aglutina a todas las falsas religiones y herejías habidas y por haber, el ateísmo, la tolerancia con cualquier error y herejía, la falsa y masónica fraternidad humana en la que ya no haya barreras ni separaciones y todos sean “hermanos” en el caos y el engaño, el relativismo y el subjetivismo más aterradores, en resumen, la Anomia total. Para conseguir tan perverso fin, el Anticristo se sirvió de la Gran Apostasía del Cuerpo Episcopal al completo, la cual tuvo efectivamente lugar el fatídico día del 8 de diciembre de 1965, cuando los infelices Obispos y Cardenales traicionaron miserablemente al Rebaño de N.S.J.C. y apostataron en masa en el momento en que estamparon su firma en las heréticas actas de clausura del maldito conciliábulo Vaticano 2, consumando así un acto de apostasía público y notorio y siendo excomulgados en bloque [Canon 188.4 y Bula Cum Ex Apostolatus Officio], perdiendo ipso facto todo cargo y jurisdicción que tuvieran al unirse a una secta acatólica. De esta manera, se cumplió lo predicho en el libro del Apocalipsis, capítulo 13, versículos 5 a 7, donde leemos que: “Y se le dio una boca que profería altanerías y blasfemias; y le fue dada autoridad para hacer su obra durante cuarenta y dos meses. Abrió su boca para blasfemar contra Dios, blasfemar de su Nombre, de su morada y de los que habitan en el cielo. Le fue permitido también hacer guerra a los santos y vencerlos; y le fue dada autoridad sobre toda tribu y pueblo y lengua y nación”. Tanto el Anticristo Montini como sus infames sucesores Luciani, Wojtyla, Ratzinger, y Bergoglio hoy, los cuales forman el cuerpo místico del Anticristo encarnado en la Gran Ramera de Babilonia o Montiniana, han proferido y profieren altanerías y blasfemias en forma de herejías, irreverencias y demás barbaridades sin cuento contra el Dios Altísimo y contra todos Sus Santos, a quienes esos supremos desgraciados insultan y calumnian con sus insolentes impiedades, falsedades y profanaciones. Montini hizo la guerra a los Santos con sus abominables herejías proferidas durante el conciliábulo, especialmente en las archiheréticas declaraciones Lumen Gentium y Nostra Aetate, y les venció, pues hizo que quienes aún guardaban la sana doctrina Católica recibida en tiempos de S.S. León XIII, San Pío X, Benedicto XV, Pío XI y Pío XII, tiraran por la borda todo el inmenso trabajo que el Espíritu Santo Paráclito Consolador había obrado en ellos y por ellos, perdiendo así su sabor y no sirviendo nada más que para ser echados por tierra y ser pisoteados por los “perros” gentiles descreídos, cuando dieron asentimiento a la insólita apostasía impulsada y promovida desde Roma y el Vaticano por el hijo de perdición. Una vez el Anticristo y sus secuaces vencieron a los Santos y los ganaron para su impía causa, les fue muy fácil imponerse por la falsa obediencia y autoridad sobre toda tribu y pueblo y lengua y nación, llevando al orbe otrora Católico a la más espantosa apostasía e indiferentismo religioso respecto a Dios Uno y Trino.


Se desencadena así la Operación del error o seducción de la iniquidad (II Tesalonicenses 2, 8-12), que consiste en una impresionante serie de errores y contradicciones doctrinales, falsos prodigios sacramentales y barbaridades heréticas disfrazadas de aparente ortodoxia Católica que llamaremos fábulas o lógicas de la Anomia, pero que encierran todas ellas un engaño mortífero; siendo dicha Operación del error inaugurada con el advenimiento del Anticristo Montini, y sobre todo, con la gran apostasía impulsada por éste y que desembocó en la defección masiva de todo el Cuerpo Episcopal, formalizada el nefasto día del 8 de diciembre de 1965 con ocasión de la firma de las heréticas actas del maldito conciliábulo Vaticano 2. La Operación del error es un falso poder enviado por Dios para perder a quienes no amaron la Verdad tal cual fue revelada por Dios en la Sagrada Escritura y el Magisterio, sino que se complacieron en el engaño y la iniquidad; se trata de una seducción realmente insidiosa y golpea prácticamente a todas las almas que han sido rescatadas por Dios del mundo y sus engaños. Más adelante explicaremos el modus operandi de este insondable misterio que se llama la Operación del error, y trataremos de dar una fórmula para salir, Dios Uno y Trino mediante, de tan implacable engaño universal.

Continuará...




MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (III)

2. Introducción

La “consummationem saeculi” no es la destrucción del mundo físico, ni el Último Día. La “consummationem saeculi” es el fin de una época y el comienzo de otra, este periodo que denominamos "fin del mundo", es un periodo de tiempo que abarca distintos eventos, desde la proclamación del Evangelio a todas las Naciones [evento ya sucedido], se quita de en medio el Katejón [La Iglesia visible y el Romano Pontífice, según interpreta de unánime consentimiento la Iglesia], se acaba el llamado Milenio (fin de una época), Satanás es soltado para seducir a todas las Naciones (comienzo de otra época que denominamos como fin del mundo), se da la Gran Apostasía, se desencadena la Operación del error, la Abominación de la desolación se pone en el Templo Santo, se corona al Anticristo [en este mismo templo], el Sacrificio Perpetuo es abolido, la Ramera es confundida con la Esposa, el rebaño está como ovejas sin Pastor, la Esposa huye al desierto alimentada por las Gracias Divinas, aparecen los falsos pastores, es decir, los falsos cristos con sus falsos profetas (Mateo 24:24), que dicen saber dónde está el Cristo, y que están puestos ahí para que se cumpla la Escritura, etc, etc... Todo esto son los brotes verdes de la higuera que indican que va a llegar el verano, es decir, que la Parusía o Segunda Venida de Nuestro Señor Jesucristo en gloria y majestad está verdaderamente a las puertas. El que lea, entiéndalo.


Es fundamental que los lectores entiendan el contexto escatológico y espiritual en el que estamos, pues de no hacer así, continuaremos dando vueltas en círculo por el desierto y siendo vulnerables a las fábulas de la Anomia y los sofismas de los lobos con piel de cordero que pululan por todas partes para devorar lo poco que queda del Rebaño de N.S.J.C. De hecho, todos los errores que nos abruman y afligen hoy, y que englobaremos bajo el nombre de la Operación del error o la seducción de la iniquidad (II Tesalonicenses 2, 10), se originan por no haber entendido correctamente el discurso escatológico de Nuestro Señor en el Evangelio de San Mateo, capítulo 24, como así justamente nos lo advierte Él mismo al principio de dicho discurso: 4* Jesús les respondió diciendo: “Cuidaos que nadie os engañe. 5*Porque muchos vendrán bajo mi nombre, diciendo: «Yo soy el Cristo», y a muchos engañarán. Y como se nos aclara efectivamente en los comentarios a estos versículos en la Biblia de Mons. Straubinger: * 4 ss. Para comprender este discurso y los relatos paralelos en Marcos 13 y Lucas 21, hay que tener presente que, según los profetas, los “últimos tiempos” y los acontecimientos relacionados con ellos que solemos designar con el término griego escatológicos, no se refieren solamente al último día de la historia humana, sino a un período más largo, que Santo Tomás llama de preámbulos para el juicio o “día del Señor”, que aquél considera también inseparable de sus acontecimientos concomitantes. (Cf. 7, 22 y nota). No es necesario que todos los fenómenos anunciados en este discurso se realicen juntos y en un futuro más o menos lejano. Algunos de ellos pueden haberse cumplido ya, especialmente teniendo en cuenta el carácter metafórico de muchas expresiones de estilo apocalíptico (cf. I Corintios 6, 2 s. y nota).

 

Por tanto, teniendo esto muy en cuenta, vamos a desarrollar con mayor detenimiento todos estos eventos que llamamos los brotes verdes de la higuera, los cuales anuncian inconfundiblemente la llegada del verano, esto es, de la inminente Parusía de N.S.J.C., situándolos dentro del contexto histórico-escatológico en el que nos encontramos.

 



MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (II)

MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR.


1. Dedicación

El autor escribe el siguiente ensayo fundamental movido por la inspiración del Espíritu Santo Paráclito, buscando siempre la mayor honra y gloria de la Santísima Trinidad, defender el honor de la Santísima Virgen María, defender al Papado y su Magisterio infalible, verdadero tesoro escondido para los últimos tiempos, defender a la Esposa Santa e Inmaculada de Nuestro Señor Jesucristo, la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, finalmente ayudar y orientar a las pobres almas de fieles Católicos que se encuentran dispersos por todo el Orbe, y que asisten aterrorizados a la descomposición cada vez más rápida de todo cuanto ellos estimaban como sagrado e inmutable, sin poder encontrar un punto de referencia en mitad de esta espantosa confusión diabólica que lo ha cubierto todo tras la muerte del último Vicario de Cristo S.S. Pío XII.


Es mi sincera esperanza que este trabajo fijará una humilde regla y consideración definitiva a la que todos puedan acudir y hallar refugio seguro, una guía fiable para comprender por fin dónde estamos, cómo llegamos hasta aquí y, por último, lo más importante de todo, cómo afrontar la tormenta perfecta que se abate sobre todos nosotros desde la muerte de S.S. Pío XII, en otras palabras, cómo sobrevivir a la Gran Tribulación y a la Operación del error y no morir en el intento.


Que Dios Uno y Trino se apiade de todos nosotros y nos conceda sabiduría, entendimiento, y mucha humildad para comprender y digerir lo que va a ser expuesto aquí.


Que la Santísima Siempre Virgen María, Esposa del Espíritu Santo y mediadora de todas las Gracias, y su bendito Esposo San José, Patrono de la Iglesia Universal, nos alcancen toda la ayuda del Cielo de la que habremos menester para mantenernos en pie enarbolando el santo estandarte de la Cruz y perseverar hasta el final luchando el buen combate por la defensa de nuestra Santa Fe Católica, Apostólica y Romana tal cual vendrá a buscar el Hijo del hombre en Su gloriosa y terrible Parusía. (Lucas 18, 8).


Que los benditos San Pedro y San Pablo Apóstoles rueguen e intercedan por nosotros, armándonos con las espadas invencibles del Magisterio y la Sagrada Escritura, contra las cuales ningún enemigo podrá resistir.

 

Christus vincit! Christus regnat! Christus imperat!

Ad Jesum Per Mariam!

Pro Deo et Pontifice!