Compendio de las principales fábulas
o falsas lógicas de la Anomia difundidas por los falsos cristos y sus falsos
profetas:
1. Fábula de la promesa de N.S.J.C. de estar con nosotros hasta “la consumación de los siglos” (Mateo 28, 20), que muchos falsos cristos y falsos profetas han entendido mal y lo han traducido como “el fin del mundo” literalmente, es decir, el Día del Juicio Final, la destrucción física del mundo, etc., para así justificar sus sacrilegios y profanaciones y su arrogante pretensión de creer que pueden funcionar sin un Papa que suministre la Jurisdicción que sólo el Vicario de Cristo posee por derecho divino, por lo que todos ellos operan desde la más absoluta y flagrante ilegalidad e invalidez, sin Jurisdicción alguna, lo que les convierte a todos ellos en peligrosos intrusos y salteadores de almas que no han entrado por la puerta del Redil y deben ser vigorosamente rechazados y denunciados por los fieles.
Ya hemos explicado que la consumación de los
siglos es el fin de una época, no el fin del mundo entendido literalmente, sino
el fin de la era cristiana en la que la Iglesia y el Papado alumbraban, regían
y santificaban al Orbe Católico, los cuales constituían el Katejón u obstáculo
que mantenía atado al misterio de iniquidad e impedía la manifestación del
impío, y que una vez ambos han sido quitados de en medio para que se cumpla la
Escritura, Satanás ha sido desencadenado, dando así comienzo al tiempo del
Anticristo o tiempo de la Anomia.
2. Fábula
blasfema y perversa de que es posible reconocer al Papa y resistirle cuando
éste hubiera desviado de la Fe y enseñado un Evangelio distinto, fábula que
tiene su origen en el hipócrita charlatán de Marcel Lefebvre.
¡Si acusas
al Papa, acusas a N.S.J.C., y si acusas a N.S.J.C., acusas a Dios Uno y Trino! La
chifladura lefebvrista es un gravísimo pecado contra el Espíritu Santo. ¿Pero
qué clase de chalado puede siquiera imaginarse que el Papa pueda invalidar todo
lo sagrado y hacer lo posible para que el rebaño de Nuestro Señor Jesucristo
caiga en el lago de azufre, utilizando el Poder mismo e inmediato del Verbo
Encarnado y siendo inspirado por el Espíritu Santo?!; ¿pero qué clase de
susurro infernal dirigía a Lefebvre para siquiera pensar tamaña blasfemia?
¿pero qué clase de hipnosis padecen aún hoy sus sectarios que son legión? Si
Montini era el Papa, como siempre creyó Lefebvre, entonces la Novus Ordo es
válida, el Rito de Ordenación Montiniano es Válido y todo el herético conciliábulo
es Dogmático. ¡Y Montini era el Anticristo!
Volveremos a abordar esta fábula más adelante para refutarla definitivamente con textos del Magisterio.
Continuará...
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