“*Después de esto, Jesús anduvo por
Galilea; pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. *Estando próxima la fiesta judía de
los Tabernáculos, sus hermanos le dijeron: “Trasládate a Judea, para que tus
discípulos también (allí) vean qué obras haces. Ninguno esconde las propias
obras cuando él mismo desea estar en evidencia. Ya que Tú haces tales obras,
muéstrate al mundo.” *Efectivamente, ni sus mismos hermanos creían en Él. * Jesús, por tanto, les respondió:
“El tiempo no ha llegado aún para Mí; para vosotros siempre está a punto. El mundo no puede odiaros a vosotros; a
Mí, al contrario, me odia, porque Yo testifico contra él que sus obras son
malas. Id, vosotros, a la
fiesta; Yo, no voy a esta fiesta, porque mi tiempo aún no ha llegado.” Dicho
esto, se quedó en Galilea”. (Juan 7, 1-9)
[* 5. Los hermanos, o sea los parientes de Jesús, muestran aquí la verdad de lo que el mismo Maestro enseñó sobre la inutilidad de los lazos de la sangre cuando se trata de espíritu (véase Mateo 12, 46 y nota). Consuela pensar que más tarde se convirtieron, según resulta de Hechos 1, 14.
* 6. ¡Penetrante ironía! Para los mundanos siempre es tiempo de exhibirse.
En el mundo están ellos en su elemento (v. 7) y no conciben que Jesús no ame
como ellos la fama (v. 3 s.).]
Carácter divino de la doctrina de
Cristo
Estaba
ya mediada la fiesta, cuando Jesús subió al Templo, y se puso a enseñar. Los
judíos estaban admirados y decían: “¿Cómo sabe éste letras, no habiendo
estudiado?” Les replicó Jesús y dijo: “Mi
doctrina no es mía, sino del que me envió. * Si alguno quiere cumplir
Su voluntad, conocerá si esta doctrina viene de Dios, o si Yo hablo por mi
propia cuenta. *Quien
habla por su propia cuenta, busca su propia gloria, pero quien busca la gloria
del que lo envió, ese es veraz, y no hay en él injusticia. * ¿No os dio Moisés la Ley? Ahora bien, ninguno de vosotros
observa la Ley. (Entonces) ¿Por qué tratáis de quitarme la vida?” La turba le
contestó: “Estas endemoniado. ¿Quién trata de quitarte la vida?” * Jesús les respondió y dijo: “Una sola
obra he hecho, y por ello estáis desconcertados todos. Moisés os dio la
circuncisión —no que ella venga de Moisés, sino de los patriarcas— y la
practicáis en día de sábado. Si un hombre es circuncidado en sábado, para que
no sea violada la Ley de Moisés: ¿cómo os encolerizáis contra Mí, porque en
sábado sané a un hombre entero? No juzguéis según las apariencias, sino que
vuestro juicio sea justo.” (Juan 7, 14-24)
[* 17. Procedimiento infalible para
llegar a tener fe: Jesús promete la luz a todo aquel que busca la verdad para
conformar a ella su vida (I Juan 1, 5-7). Está aquí toda la apologética de
Jesús. El que con rectitud escuche la Palabra divina, no podrá resistirle,
porque “jamás hombre alguno habló como Éste” (v. 46). El ánimo doble, en
cambio, en vano intentará buscar la Verdad divina en otras fuentes, pues su
falta de rectitud cierra la entrada al Espíritu Santo, único que puede hacernos
penetrar en el misterio de Dios (I Corintios 2, 10 ss.). De ahí que.
como lo enseña San Pablo y lo declaró Pío X en el juramento antimodernista,
basta la observación de la naturaleza para conocer la existencia del Creador
eterno, su omnipotencia y su divinidad (Romanos 1, 20); pero la fe no es ese
conocimiento natural de Dios, sino el conocimiento sobrenatural que viene de la
adhesión prestada a la verdad de la palabra revelada, “a causa de la autoridad
de Dios sumamente veraz” (Denzinger 2145). Cf. 5, 31-39 y notas. * 18. Jesús, “testigo fiel y veraz” (Apocalipsis 3, 14), nos
da aquí una norma de extraordinario valor psicológico para conocer la veracidad
de los hombres. El que se olvida de sí mismo para defender la causa que se le
ha encomendado, está demostrando con eso su sinceridad. Según esa norma, se
retrata Él mismo, que fue el arquetipo de la fidelidad en la misión que el
Padre le confiara (17, 4-8). *
19. Jesús trae aquí un recuerdo que resulta toda una ironía, pues cuando el
pueblo recibió de Moisés la Ley hizo, como un solo hombre, grandes promesas de
cumplir todas las palabras del Señor (Éxodo 24, 3), y ahora el Mesías les
muestra que ni uno de ellos cumple. *
21. Una sola obra: Jesús alude aquí al milagro de la curación del enfermo de
treinta y ocho años, realizada en día sábado (capítulo 5, 1-9). Esto da un
nuevo indicio de lo que observamos en 5, 1 sobre el orden de los capítulos.]
Continuará...
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