MANUAL DE SUPERVIVENCIA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN Y LA OPERACIÓN DEL ERROR. (LXXI)

 

La verdad nos hace libres

* Jesús dijo entonces a los judíos que le habían creído: “Si permanecéis en mi palabra, sois verdaderamente mis discípulos, *y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” *Le replicaron: “Nosotros somos la descendencia de Abrahán, y jamás hemos sido esclavos de nadie; ¿cómo dices Tú, llegaréis a ser libres?” * Jesús les respondió: “En verdad, en verdad, os digo, todo el que comete pecado es esclavo [del pecado]. Ahora bien, el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo queda para siempre. Si, pues, el Hijo os hace libres, seréis verdaderamente libres. Bien sé que sois la posteridad de Abrahán, y sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. *Yo digo lo que he visto junto a mi Padre; y vosotros, hacéis lo que habéis aprendido de vuestro padre.” Ellos le replicaron diciendo: “Nuestro padre es Abrahán.” Jesús les dijo: “Si fuerais hijos de Abrahán, haríais las obras de Abrahán. Sin embargo, ahora tratáis de matarme a Mí, hombre que os he dicho la verdad que aprendí de Dios. ¡No hizo esto Abrahán! Vosotros hacéis las obras de vuestro padre.” Le dijeron: “Nosotros no hemos nacido del adulterio; no tenemos más que un padre: ¡Dios!” Jesús les respondió: “Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais a Mí, porque Yo salí y vine de Dios. No vine por Mí mismo, sino que Él me envió. * ¿Por qué no comprendéis mi lenguaje? Porque no podéis sufrir mi palabra. *Vosotros sois hijos del diablo, y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Él fue homicida desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay nada de verdad en él. Cuando profiere la mentira, habla de lo propio, porque él es mentiroso y padre de la mentira. Y a Mí porque os digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros puede acusarme de pecado? Y entonces; si digo la verdad, ¿por qué no me creéis? El que es de Dios, escucha las palabras de Dios; por eso no la escucháis vosotros, porque no sois de Dios.”

[* 31. Si permanecéis en mi palabra: Como si dijera: si mi palabra permanece en vosotros (15, 7).

* 32. La libertad de los hijos de Dios se funda en la buena doctrina (v. 31). La vida eterna es conocimiento (17, 3). Cf. II Corintios 3, 17; Santiago 1, 25; 2, 12.

* 33. Los que replican no son los que creyeron (nota 30). sino los enemigos, que se dan indebidamente por aludidos, según se ve por lo que sigue. La falsedad de su afirmación es notoria, pues los judíos fueron esclavos en Egipto, en Babilonia, etc., y a la sazón dependían de Roma.

* 34. Del pecado: falta en varios códices y no agrega, antes quita, fuerza. El hombre liberado por la verdad de Cristo (32) es espiritual (Gálatas 5, 16) y no peca (I Juan 3. 6 y 9). El carnal es esclavo, porque no es capaz de seguir su voluntad libre, sino que obra dominado por la pasión (Romanos 7, 23).

* 38. Ese padre es el diablo (v. 44), y sus hijos son mentirosos y maliciosos como él.

* 43. Profunda enseñanza, según la cual, para comprender la Palabra de Jesús, hay que estar dispuesto a admitirla y a creer en su misión (véase 7, 17 y nota). Es la verdad que San Anselmo expresaba diciendo: “Creo para entender.”

* 44. Sobre su obra tenebrosa, véase Mateo 13, 57 y nota]


Nuevas diatribas de los judíos

*A lo cual los judíos respondieron diciéndole: “¿No tenemos razón, en decir que Tú eres un samaritano y un endemoniado?” Jesús repuso: “Yo no soy un endemoniado, sino que honro a mi Padre, y vosotros me estáis ultrajando. *Mas Yo no busco mi gloria; hay quien la busca y juzgará. *En verdad, en verdad, os digo, si alguno guardare mi palabra, no verá jamás la muerte.” Los judíos le respondieron: “Ahora sabemos que estás endemoniado. Abrahán murió, los profetas también; y tú dices: «Si alguno guardare mi palabra no gustará jamás la muerte». ¿Acaso eres tú más grande que nuestro padre Abrahán, el cual murió? Y los profetas también murieron; ¿quién te haces a Ti mismo?” * Jesús respondió: “Si Yo me glorifico a Mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es quien me glorifica: Aquel de quien vosotros decís que es vuestro Dios; mas vosotros no lo conocéis. Yo sí que lo conozco, y si dijera que no lo conozco, sería mentiroso como vosotros, pero lo conozco y conservo su palabra. *Abrahán, vuestro padre, exultó por ver mi día; y lo vio y se llenó de gozo.” Los judíos le dijeron: “No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?” * Jesús les dijo: “En verdad, en verdad os digo: Antes que Abrahán existiera, Yo soy.” Entonces tomaron piedras para arrojarlas sobre Él. Pero Jesús se ocultó y salió del Templo. (Juan 8, 48-59)

[* 48 s. Los judíos: aquellos a que se refiere el v. 33, no los del v. 30. Nótese, cómo no teniendo qué responder, recurren al puro ultraje, cosa que Jesús les hace notar en el v. 49, con sublime serenidad. Cf. v. 59; 9, 34; 10, 39.

* 50. No busco mi gloria, dice el Único merecedor de ser infinitamente glorificado por el Padre (v. 54). Antes había dicho: “No busco mi voluntad” (5, 30). Jesús obra en todo como un hijo pequeño y ejemplar, frente a su Padre. Se nos ofrece así como el modelo perfecto de la infancia espiritual, que es la síntesis de las virtudes evangélicas, el remedio de nuestras malas inclinaciones, y la prenda de las más altas promesas. Véase Mateo 5, 3; 18, 4; Lucas 10, 21 y notas. Hay quien la busca: Notemos la ternura de esta alusión de Jesús a su divino Padre. ¿Cómo no habla de glorificar Él al Hijo amado y al Enviado fidelísimo que así afrontaba los insultos, y hasta la muerte ignominiosa, por cumplir la misión salvadora que el Padre le confió? Véase 12, 28 y nota.

* 51. Porque esa gloria (v. 50) que Jesús pedirá al Padre en 17, 1 consistirá precisamente en poder darnos vida eterna, es decir, librar de la muerte a los que guardemos su Palabra (17, 2 y nota). Sobre este misterio, cf. 5, 24; 6, 40; 11, 26; I Juan 5, 13.]

Continuará...



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