Para
comprender mejor el desolador panorama presente desde una perspectiva
espiritual, que es como Dios lo considera todo, debemos saber que el mundo
entero está presa del espíritu inmundo de la ciudad terrena o del hombre, que
se opone a la Ciudad de Dios, el cual es el espíritu del Maligno y está
actuando desde que la serpiente antigua tentó primeramente a nuestra primera
madre, la infeliz Eva, pero es que además hoy, y desde el 9 de octubre de 1958,
fecha en la que murió S.S. Pío XII, tenemos que lidiar también con la mortífera
y extremadamente insidiosa Operación del error, cuyo blanco principal son las
pobres almas de fieles Católicos válidamente bautizados que empiezan a gustar
las delicias de la vida espiritual, pues dicha Operación les hace buscar
inmediatamente los falsos consuelos de los Sacramentos y la visibilidad de
algún vestigio de lo que fue la Iglesia Católica antes de la hecatombe
espiritual del conciliábulo Vaticano 2 y la Gran Apostasía que supuso su
aceptación por toda la Jerarquía y el alto y bajo clero, así como por la gran
masa de los desorientados y desprotegidos fieles.
Esta Operación es tan peligrosa y tan imperceptible que, si uno no está muy bien preparado teológica y canónicamente, es prácticamente imposible no caer en sus redes, aunque sea por algún tiempo, como nos ha pasado a todos. Para salir de ella realmente se necesita una gracia de Dios muy especial que nos haga tomar conciencia de la espantosa dimensión y gravedad de la situación; se necesita también mucha humildad para reconocer que todos nos equivocamos y anduvimos errantes y extraviados como el pueblo de Israel anduvo durante 40 años por el desierto, y después debemos someternos dócilmente a las luces e inspiraciones del Espíritu Santo Paráclito Consolador, pues sólo mediante la humildad y la pequeñez lograremos tocar el Corazón de Dios, predisponiendo a la Divina Providencia a actuar mediante sus caminos misteriosos, mostrándonos espacios en Internet que explican muy bien la formidable confusión diabólica y proporcionan una guía segura para no volver a encallar en las elaboradas y retorcidas fábulas de la Anomia que forman parte de la seducción de la iniquidad; en efecto, quien escribe esto considera que el bendito canal Youtube de mi querido hermano INTERREGNVM MCMLVIII https://www.youtube.com/c/INTERREGNVMMCMLVIII, e igualmente el canal de mi estimada hermana Mª Bettina Galo https://www.youtube.com/@bettinagalo, y también el blog de nuestro hermano José Augusto Ceccarelli www.sedefinismo.blogspot.com, son probablemente las únicas voces en el desierto que están predicando contra el enemigo y sus múltiples trampas para engañar a quienes pueda, con el pretexto absurdo de saltarse a la torera el Magisterio y aplicar la anarquía más espantosa por ser "tiempos extraordinarios o de emergencia" como dicen los hipócritas falsos cristos y sus falsos profetas de las sectas de Lefebvre y Thuc, así como ciertos elementos de la Ramera conciliar como puedan ser Viganò, Schneider, Sarah, y demás falsos profetas. Hay que comprender que vivimos en el tiempo de la Anomia, donde impera la ley de la Anomia, esto es, la carencia total de ley, la más pavorosa anarquía moral y doctrinal, el sálvese quien pueda y como sea, aunque eso signifique, según estos charlatanes hipócritas, que haya que transgredir el Magisterio y el CIC para buscar las Sagradas Órdenes de manera fraudulenta y prohibida, lo cual es una evidente y enorme contradicción y un CAOS con mayúsculas, pues implicaría cometer un espantoso pecado mortal que es además pecado contra el Espíritu Santo.
Paralelamente, otra imagen que nos ayudará a comprender dónde estamos es imaginar al mundo altivo y apóstata que avanza a velocidad de crucero hacia su espantoso final cual impío Titanic, mientras los poquísimos que hemos visto de cerca el fatídico iceberg acabamos de saltar al agua y nadamos lejos de esa mole de pecado e inmundicias, sostenidos por el auxilio divino y secreto del Espíritu Santo, nadando solos y exhaustos hacia los brazos de Nuestro Salvador y Redentor Jesucristo, que vendrá cuando ya prácticamente nadie le espere en Su terrible y gloriosa Parusía.
Continuará...
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