Epifanía de Nuestro Señor Jesucristo (6 de enero)

 


Epifanía de Nuestro Señor Jesucristo (6 de enero)



La palabra "Epifanía" significa "manifestación". La Santa Madre Iglesia, en esta Misa, conmemora una triple manifestación de Nuestro Señor Jesucristo: ante los Magos, esto es, ante los gentiles; en su Bautismo, cuando una voz desde los cielos declaró: "Éste es mi hijo muy amado"; y en el milagro de convertir el agua en vino, en las Bodas de Caná.


La fiesta de Epifanía es continuación del misterio de Navidad; pero se presenta en el ciclo litúrgico con grandeza. Su nombre, que significa "Manifestación", indica bien claramente que su objeto es honrar la aparición de un Dios en medio de los hombres.


Efectivamente, durante muchos siglos se dedicó este día a la celebración del Nacimiento del Salvador; y cuando los decretos de la Santa Sede obligaron a todas las Iglesias a celebrar en lo sucesivo con Roma, el misterio de Navidad el día 25 de diciembre, el 6 de enero no quedó del todo privado de su antigua gloria. Conservó el nombre de Epifanía con el glorioso recuerdo del Bautismo de Jesucristo, cuyo aniversario fija una tradición en este día.



                       



La Iglesia griega da a esta fiesta el misterioso y venerable nombre de Teofanía, nombre célebre en la antigüedad para significar una "aparición divina". Se halla este vocablo en Eusebio, en San Gregorio de Nacianzo, en San Isidoro de Pelusa; es el nombre propio de esta fiesta en los libros litúrgicos de la Iglesia griega.


Los Orientales la llaman aún las "Santas Luces", a causa del Bautismo que se administraba antiguamente en este día, en memoria del Bautismo de Jesucristo en el Jordán. Es sabido que los Padres llamaban al Bautismo, Iluminación y a los que lo recibían, iluminados.


Nosotros la llamamos familiarmente, "Fiesta de Reyes", en recuerdo de los Magos, cuya llegada a Belén se conmemora de un modo particular en este día.


La Epifanía participa con las fiestas de Navidad, Pascua, la Ascensión y Pentecostés del honor de ser calificada de día santísimo en el canon de la Misa; se la considera como una de las fiestas cardinales, es decir, una de las fiestas sobre las que descansa la economía del Año litúrgico. De ella toma su nombre una serie de seis Domingos, lo mismo que otras toman el título de Domingos de Pascua o Domingos de Pentecostés.



                                


Es, pues, un gran día la fiesta de la Epifanía del Señor; la alegría causada por la Natividad del Niño Dios, debe seguir aumentando en esta fiesta. En efecto, los nuevos destellos de Navidad nos muestran con un nuevo esplendor; la gloria del Verbo Encarnado; y sin hacernos perder de vista los inefables encantos del divino Niño, manifiestan en todo el brillo de su divinidad, al Salvador que amorosamente se nos ha mostrado. Los pastores no son los únicos llamados por los Ángeles a reconocer al VERBO HECHO CARNE; también el género humano, y la naturaleza entera son invitados por la misma voz de Dios a adorarle y escucharle.


Dom Prosper Gueranguer

El Año Litúrgico, Adviento - Adviento y Navidad



                 








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