7.
Fábula recurrente de la promesa de N.S.J.C. en Mateo 28, 20.
Los
intrusos “tradicionalistas” claman a los cuatro vientos:
Nosotros sabemos por Mateo 28,20 que los Obispos
estarán hasta el fin del mundo.
Nosotros sabemos por Mateo 28,20 que siempre habrá Santo Sacrificio Católico.
Por tanto, nuestra “capilla” (secta, garaje o bodega) es válida y lícita.
Les respondemos:
¿Y qué hacemos con San Pedro? ¿Acaso no estaba San
Pedro en la promesa de Nuestro Señor Jesucristo?...
¿Y qué dice el Magisterio sobre su “capilla” cismática?...
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En el fondo, todos esos fariseos orgullosos razonan como quienes se escandalizaron de Nuestro Señor Jesucristo cuando Él les anunció el género de muerte con el que debía morir, tal y como leemos en Juan 12, 32-34:
"Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí.»
Decía esto para significar de qué muerte iba a morir.
La gente le respondió: «Nosotros sabemos por la Ley
que el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo dices tú que es preciso que el
Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?»"
"et ego si exaltatus fuero a terra omnia traham ad me ipsum hoc autem dicebat significans qua morte esset moriturus respondit ei turba nos audivimus ex lege quia Christus manet in æternum et quomodo tu dicis oportet exaltari Filium hominis quis est iste Filius hominis"
Con la obstinación que todos esos hidrópicos de la Anomia poseen,
nos están mostrando claramente que no creen que San Pedro y sus Sucesores hayan
sido puestos por N.S.J.C. como fundamento y piedra angular del edificio místico
de la Iglesia, pues se imaginan blasfemamente que la Iglesia pueda seguir creciendo y desarrollándose sin la fidelidad y la obediencia debidas a la Roca del Papado y
su Magisterio, lo cual deja bien patente su nula catolicidad, pues quien niega el
dogma de la infalibilidad papal NO es Católico, sino cismático y herético; además,
en su grosera soberbia e ignorancia supina, se niegan a aceptar que el Santo
Sacrificio del altar deba cesar en el tiempo del Anticristo o de Satanás
desencadenado, contradiciendo así a la Santa Escritura divinamente inspirada,
lo cual constituye pecado contra el Espíritu Santo Paráclito; finalmente, se
cavan ellos solos su propia sepultura al saltarse la disciplina impuesta por el
Magisterio y el Derecho Canónico y atreverse a buscar las Sagradas Órdenes Episcopales
cuando está estrictamente prohibido hacerlo, menospreciando e ignorando las
graves advertencias del legítimo Sucesor de San Pedro, S.S. Pío XII, el cual
dejó bien atado que en tiempo de vacancia de la Sede NADIE puede usurpar la
Jurisdicción y las prerrogativas que únicamente el Papa posee por derecho
divino, por tanto nadie puede moverse ni conferir las Órdenes hasta que un
nuevo Pontífice haya sido legítimamente elegido y confirmado por el Espíritu
Santo Paráclito. Se comprenderá ahora el enorme pecado contra la Tercera
Persona de la Santísima Trinidad que estos altaneros sofistas cometen cada vez
que osan cuestionar y desobedecer al Vicario de Cristo y su Magisterio
infalible.
Continuara...
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