28.
Fábula de que, para amar a Dios y avanzar en la santificación, no sería necesario
recurrir a San Pedro y a sus Sucesores, ni someterse y obedecer a su autoridad
infalible, pues sólo con el amor y la devoción a Jesús y a María, así como a
los Santos, sería posible arribar también al puerto de la salvación.
Es
la fábula típica de los recién convertidos a la Fe y los principiantes en la vida
espiritual, los cuales son con frecuencia movidos por el orgullo y la falsa
humildad de creerse que ya estarían justificados y habrían alcanzado un grado de
iluminación espiritual superior, cuando la realidad es que son unos pobres
ignorantes que poco o nada saben acerca de teología dogmática y libros
canónicos.
Quienes
así discurren, deben urgentemente saber que, para amar a N.S.J.C., es preciso
saber quién es Pedro, y el motivo por el cual Dios Encarnado, pudiendo hacer
cualquier cosa, le eligió sin embargo a él para fundar una Iglesia, Su Iglesia,
y le puso como pastor de ovejas para que éstas fueran por el mundo enseñando el
Evangelio a los corderos y bautizando. A todas las almas que Dios quiere
salvar, N.S.J.C. las envía, por intercesión de la Santísima Siempre Virgen
María, a San Pedro, y esto no es algo baladí, sino FUNDAMENTAL, porque si esas
almas no llegan a Pedro, no sabrían si están en el Arca de Salvación que pilota
Pedro. De modo que, si hoy estamos en las catacumbas de nuestros hogares, de forma
segura, no es por la sola Escritura, es porque Pedro nos ha confirmado que debemos
estar allí y no en otro sitio, porque Pedro habla por N.S.J.C y tiene todo el
poder que N.S.J.C le ha dado inmediatamente para su rebaño, el de Dios Encarnado,
por lo que, si no tomamos al Magisterio de los Vicarios como a la mismísima
Escritura, y si no tomamos a Pedro y S.S. Pío XII como al mismo N.S.J.C.,
estaríamos dando bandazos al viento y expuestos a ser zarandeados por la fuerza
de los elementos desatados contra nosotros.
En
este sentido, recurrir a los Santos es muy loable, pero insuficiente si no se
está dispuesto a creer con Fe divina y muy cierta que absolutamente todos los
Santos que están en el Cielo hoy, así como los que se salvarán en el futuro, han
sido admitidos a la Gloria aquéllos y deben ser admitidos éstos por el bendito
San Pedro y sus Sucesores, sin los cuales NADIE entrará en la vida eterna.
Precisamente,
los Santos son Santos porque San Pedro dijo que eran Santos infaliblemente,
pues hay infinidad de Católicos con vidas ejemplares desde San Dimas, que
hicieron cosas sobrenaturales, pero San Pedro, esto es, el Papa, no les
beatificó; el Papa con sus llaves envió al Cielo directamente a éstos, Dios Uno
y Trino mediante, sí, pero San Pedro también está, no es un mero autómata.
Muy
probablemente, al ser el Papa un mero hombre, esos pobres ciegos no son capaces
de ver que el Verbo encarnado le dio la misión de convertir a todo el mundo
para que, siguiéndole a él, a San Pedro, se pudieran salvar, porque denominaciones
cristianas hay cientos de ellas, pero San Pedro ha dicho que son herejes y sus
iglesias cristianas no salvan, solo la de San Pedro, la Iglesia Católica
Apostólica y Romana, porque N.S.J.C. le puso a él como si fuera Él mismo, esto
es el Pastor, Pastor de Su rebaño, Universal, con el poder de atar y desatar,
dándole las llaves del Cielo.
“Hállense, pues, en un peligroso error quienes piensan que pueden abrazar a
Cristo, Cabeza de la Iglesia, sin adherirse fielmente a su vicario en la
tierra. Porque, al quitar esta cabeza visible, y romper los vínculos sensibles
de la unidad, oscurecen y deforman el Cuerpo Místico del Redentor, de tal manera,
que los que andan en busca del puerto de salvación no pueden verlo ni
encontrarlo”.
S.S.
Pío XII, Encíclica Mystici Corporis Christi, n. 40, 29 de junio de 1943.
Esto
no es querer colocar a San Pedro por encima de N.S.J.C y de la Santísima
Siempre Virgen María, ¡lejos de nosotros semejante barbaridad! Pero, es que
N.S.J.C. dio a Pedro y solo a Pedro las llaves del Reino, y es por Pedro, y no por N.S.J.C. ni por
la Santísima Siempre Virgen María, que fuera de la Iglesia no hay Salvación
(!!), porque por ejemplo los cismáticos focianos lo tienen todo menos a
Pedro, y al no tener a Pedro como totalidad moral, están condenados sí o sí.
Que nadie olvide que N.S.J.C. dijo que San Pedro, el primer Papa, y los
Apóstoles, los primeros Obispos, estarían el día del Juicio juzgando junto a
Él, estarán unidos a sus cuerpos glorificados y serán jueces, sentados en 12
tronos, el primer Papa juzgará como también el último Papa. [cf Mateo
19, 28].
En
el fondo, se trata de la misma fábula de que, en Sede Vacante -en realidad
Finita- y en un interregno prolongado, sólo N.S.J.C. sería la Cabeza de la
Iglesia, sin tener en cuenta para nada al bendito San Pedro en la persona de
S.S. Pío XII, el cual sigue gobernando desde el Cielo a los restos del Pequeño
Rebaño con su Constitución Apostólica V.A.S., que sigue vigente hasta la
Parusía.
Hay
muchos principiantes y recién convertidos a la Verdad que se entusiasman
fácilmente y se imaginan que, con sólo recurrir a la Sagrada Escritura y a las
vidas de los Santos, ya tienen suficiente para formarse doctrinalmente, pero
ignoran que fueron los Papas los que dijeron qué libros tienen que estar en la
Sagrada Escritura y cuáles no. Por tanto, si hoy podemos disfrutar leyendo el
Apocalipsis, así como sus respectivas traducciones, no se debe a San Juan, sino
que es gracias a San Pedro y sus Sucesores, que fijaron el canon para incluir
los libros que debían figurar en la Sagrada Escritura, en especial en el Nuevo
Testamento, en base a estos tres criterios:
1.-
Que fuesen escritos por un Apóstol o su discípulo.
2.-
Que se utilizara en la liturgia de las iglesias Apostólicas. Ej. Roma,
Corintio, Jerusalén, Antioquía, etc.
3.-
Que estuviera en conformidad con la fe Católica recibida de los Apóstoles.
No
es sorprendente que, desde Simón el Mago hasta los insolentes thucistas y los hipócritas
lefebvristas de reconocer y resistir, siempre ha sido a Pedro y al Papado a los
que se ha atacado, bien por cuestiones de disciplina, creando innumerables
cismas, bien por las cuestiones de fe y moral, herejes propiamente hablando,
porque todos estos son cristianos sí, pero están torcidos y condenados por no
seguir a Pedro, que es el Vicedios, el Cristo en la tierra, el Vicario de
N.S.J.C, el pastor de los pastores, el centro de la cristiandad, la columna
inamovible, la piedra angular y fundamental, el capitán de la Barca del
Pescador.
No
en vano, S.S. Pío XII dejó una disciplina inamovible para el interregno, que
rige con vigencia hasta la Parusía, de lo que resulta que todos los que se atreven
a saltársela, saltan también fuera del arca de salvación, y caen
irremisiblemente en el cisma. Los sedevacantistas congregacionalistas están,
pues, en situación de mayor cisma y herejía que los que aún siguen engañados en
la secta conciliar o novus ordo, pues si bien surgen ambos de la misma Ramera
montiniana, los primeros desobedecen a un Papa verdadero y van contra él, lo
cual es aún más grave, y esto por intereses espurios de distintas modalidades, en
definitiva, por el non serviam.
Queda
manifiestamente claro, pues, que el ÚNICO que ha recibido el poder de confirmar
en la Fe a TODOS los que formamos parte de la grey de N.S.J.C. es el bendito
San Pedro, el cual nos mantiene firmemente anclados en la verdadera y santa Fe
Católica, Apostólica y Romana. El Vicario de Cristo es el único que ha recibido
la potestad para enseñar, gobernar y regir a TODAS las ovejas de Nuestro Señor,
poder que él ha ido transmitiendo ininterrumpidamente a sus Sucesores durante
2000 años, conformando así el potentísimo Obstáculo o Katejón que retenía al
hijo de pecado hasta el tiempo marcado por Dios Uno y Trino. Pero San Pedro y
sus Sucesores hasta S.S. Pío XII siguen velando e intercediendo por nosotros
desde el Cielo, y aunque ya no haya Jerarquía visible, sigue habiendo un
gobierno y una disciplina que nos dejó el último Vicario, la cual hay que
seguir a pies juntillas pues sigue vigente hasta la Parusía, ¡que nadie lo
olvide!
Continuará...
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