"Desde que el hombre, en la plenitud del paraíso, creyó a una víbora antes que a su Creador y bienhechor, le ha quedado, como tremendo sello de decadencia, la credulidad más insensata a las palabras de los hombres, y la más obstinada, aunque secreta, desconfianza a las Palabras de Dios".
(Monseñor von Keppler)
No hay comentarios:
Publicar un comentario