LA OPERACIÓN DEL ERROR Y LA GRAN RAMERA DEL APOCALIPSIS (2)

 



Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y habló conmigo diciendo: “Ven acá; te mostraré el juicio de la ramera grande, la que está sentada sobre muchas aguas; con la que han fornicado los reyes de la tierra, embriagándose los moradores de la tierra con el vino de su prostitución.” Y me llevó a un desierto en espíritu; y vi a una mujer sentada sobre una bestia purpúrea, repleta de nombres de blasfemias, que tenía siete cabezas y diez cuernos. La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y cubierta de oro y piedras preciosas y perlas, y llevaba en su mano (por una parte) un cáliz de oro lleno de abominaciones y (por otra) las inmundicias de su fornicación. Escrito sobre su frente tenía un nombre, un misterio: “Babilonia la grande, la madre de los fornicarios y de las abominaciones de la tierra.”


Y vi a la mujer ebria de la sangre de los santos y de la sangre de los testigos de Jesús; y al verla me sorprendí con sumo estupor.


Mas el ángel me dijo: “¿Por qué te has asombrado? Yo te diré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva, la que tiene las siete cabezas y los diez cuernos. La bestia que has visto era y ahora no es; está para subir del abismo y va a su perdición. Y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la creación del mundo, se llenarán de admiración cuando vean que la bestia, que era y ahora no es, reaparecerá. Esto para la mente que tiene sabiduría: las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales la mujer tiene sede. Son también siete reyes: los cinco cayeron, el uno es, el otro aún no ha venido; y cuando venga, poco ha de durar. Y la bestia que era y no es, es él, el octavo, y es de los siete, y va a perdición. Y los diez cuernos que viste son diez reyes que aún no han recibido reino, mas con la bestia recibirán potestad como reyes por espacio de una hora. Estos tienen un solo propósito: dar su poder y autoridad a la bestia. Estos guerrearan con el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes; y (vencerán) también los suyos, los llamados y escogidos y fieles.”


Me dijo aún: “Las aguas que viste, sobre las cuales tiene su sede la ramera, son pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas. Y los diez cuernos que viste, así como la bestia, aborrecerán ellos mismos a la ramera, la dejarán desolada y desnuda, comerán sus carnes y la abrasarán en fuego. Porque Dios ha puesto en sus corazones hacer lo que a Él le plugo: ejecutar un solo designio: dar la autoridad de ellos a la bestia, hasta que las palabras de Dios se hayan cumplido. Y la mujer que has visto es aquella ciudad, la grande, la que tiene imperio sobre los reyes de la tierra.

(Apocalipsis 17,1-18).


                                            ***


Ha llegado el momento de hablar de la infame Ramera del Apocalipsis, madre de los fornicarios y de las abominaciones de la tierra, la cual se manifestó ante el mundo entero el infausto día del 8 de diciembre de 1965, tras la clausura del funesto conciliábulo Vaticano 2, que fue la gran apostasía bíblica profetizada [cf II Tesalonicenses 2].


Pero antes, párese mientes en algo muy importante, a saber, que “las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales la mujer tiene sede. Son también siete reyes: los cinco cayeron, el uno es, el otro aún no ha venido; y cuando venga, poco ha de durar. Y la bestia que era y no es, es él, el octavo, y es de los siete, y va a perdición”. Lo cual, explicado en otras palabras, viene a significar que la infame mujer tiene sede sobre siete montes, esto es, se refiere a Roma, la ciudad eterna, la cual ha sido tradicionalmente la sede de la Esposa de Cristo en la tierra, la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, la Sede de Pedro. Los siete reyes que se mencionan se podrían entender, los seis primeros, como los últimos Vicarios de Cristo verdaderos, esto es, los cinco que ya cayeron serían S.S. Pío IX*, S.S. León XIII, S.S. San Pío X, S.S. Benedicto XV y S.S. Pío XI; el sexto es el uno que es, o sea, que es y sigue siendo el último Pontífice legítimo, S.S. Pío XII, cuyo Magisterio y Disciplina rigen y siguen vigentes hasta la Parusía de Cristo Nuestro Señor.


[*Se empieza a contar desde S.S. Pío IX porque Roma y los Estados Pontificios fueron usurpados por el Rey Víctor Manuel II en 1870 y jamás se han recuperado, recuperando la Ciudad del Vaticano en 1929 con los Pactos de Letrán. Dijo el P. Eloy Montero Gutiérrez, Sacerdote y Catedrático de Derecho Canónico en 1928: "Sabido es que el poder temporal del Papado llegó hasta el año 1870, en que el rey Víctor Manuel II usurpó los Estados Pontificios, incluso la ciudad de Roma."


Además, S.S. Pío IX llamaba a los usurpadores de Roma "representantes del infierno", "hidra ponzoñosa salida de los antros más profundos del infierno" y llamaba Babilonia a la Roma usurpada "Y llamo Babilonia a esta ciudad".]


Después ya vendrían dos reyes más, que son el falso profeta y la bestia. El rey que es “el otro que aún no ha venido”, y que cuando venga, poco ha de durar, es el falso profeta Roncalli, alias “Juan 23”, quien efectivamente duró poco (menos de 5 años) y preparó el camino al octavo rey, la bestia que era y no es, el cual forma parte de los siete, y va a perdición, es decir, el Anticristo Montini, alias “Pablo 6”; ambos, el falso profeta y el Anticristo, son los responsables de la espantosa abominación que ha eclipsado a nuestra santa madre la Iglesia Católica, y que se hace pasar por ella a ojos del mundo entero, pero que es en realidad la gran Ramera del Apocalipsis, también llamada prostituta de Babilonia, secta conciliar o nueva iglesia montiniana.


Como hemos señalado al principio, la Prostituta de Babilonia se manifestó ante el mundo entero el infausto día del 8 de diciembre de 1965, tras la clausura del funesto conciliábulo Vaticano 2, que fue la gran apostasía bíblica profetizada [cf II Tesalonicenses 2].


Próximamente llevaré a cabo un muy necesario trabajo de detección, exposición y refutación de las múltiples barbaridades, errores, herejías y demás abominaciones que inundan y saturan los mortíferos textos y documentos de tan siniestra asamblea convocada por el falso profeta Roncalli, alias “Juan 23”, continuada y concluida por el pérfido Anticristo personal, el impío G.B. Montini, alias “Pablo 666”, negra asamblea que arrastró a la más espantosa apostasía al cuerpo episcopal al completo, a los eternamente desgraciados Obispos que ratificaron y aceptaron con su firma culpable la monstruosidad infernal que acababa de ser parida por el Anticristo y sus secuaces, que supuso el eclipse definitivo de la Santa Iglesia Católica, la Esposa casta e inmaculada de Cristo, y el criminal alumbramiento de la inmunda Prostituta de Babilonia, que se hace pasar por la Iglesia Católica y que tiene al orbe entero seducido y admirado.


Para realizar tan urgente e ingente tarea, me ayudaré del bendito Magisterio de los Vicarios de Cristo desde San Pedro hasta S.S. Pío XII, quienes constituían el katejón u obstáculo que impedía y mantenía a raya a los poderes de las tinieblas, los cuales siempre operaron en la sombra, hasta que el último Pontífice falleció y los siervos de Satanás se apoderaron de la Santa Sede y todas sus estructuras externas, así como del CDC de 1917, los cuales me servirán como poderosa e invencible espada de dos filos con la cual haré trizas las ponzoñosas insidias y engaños del demonio y sus huestes.


Volviendo al asunto que nos ocupa, debo detallar ahora quiénes integran el “cuerpo místico” del Anticristo, es decir, quiénes forman parte de esa abominable Ramera del Apocalipsis que está sentada sobre muchas aguas y tiene sede sobre ellas, o sea, los pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas que han sido seducidos por ella y la adoran, los infelices moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la creación del mundo.


En primer lugar, la Ramera del Apocalipsis está constituida por toda la falsa jerarquía y el falso clero falsamente "ordenados" con el nuevo rito de ordenación anglicano impuesto por Montini-Pablo 6 en junio de 1968, un falso rito bastardo que es inválido e ilícito, totalmente incapaz de consagrar y ordenar a nadie, por lo que tenemos a millones de desgraciados que creen ser “obispos” y “sacerdotes”, cuando en realidad no son nada más que meros laicos disfrazados, como por ejemplo el bruto herético de Bergoglio, alias “Francisco”, que se hace pasar por “Papa” a ojos de todo el orbe, pero que no es ni siquiera un simple sacerdote (!), ya que fue falsamente ordenado “presbítero” el 13 de diciembre de 1969 con el nuevo rito montiniano, luego ese zafio individuo sigue siendo un simple laico más y jamás recibió el carácter sacerdotal. (!)


Además, la Ramera tiene todavía en sus pestilentes filas a algunos sacerdotes verdaderos, ordenados con el rito antiguo antes del fin del conciliábulo, pero ya son todos muy ancianos y aceptaron la herejía y apostasía del conciliábulo sin rechistar, para no perder el mísero plato de lentejas, por lo que han sido excomulgados igualmente por alta traición a Cristo y Su Esposa.


Del mismo modo, con el advenimiento de la Ramera han surgido nuevas sectas y grupúsculos heréticos, tales como el "camino neocatecumenal", los focolares (focolari), "comunión y liberación", la “comunidad de Sant’Egidio”, las sectas pentecostales y los carismáticas, como por ejemplo la de “renovación carismática católica” y el “movimiento de los cursillos de cristiandad”; asimismo, tenemos otras sectas heréticas y cismáticas de corte “tradicional” que engañan a multitud de incautos, entre las que destacamos la FSSPX lefebvrista, el judaizante y elitista “Opus Dei”, la FSSP, la FSSPV, y las múltiples sectas gestadas por Mons. Thuc, como son la Soc. Sac. Trento, el IMBC, la secta palmariana, la Pía Unión San Pablo Apóstol, Mont Carmel del intruso y falso monje “Tiago de San José”, y demás miasmas del error y la disolución.


Sin olvidarnos, por supuesto, de todos los pobres desgraciados surgidos de esas sectas que después fueron o bien expulsados de ellas o bien decidieron ellos mismos salir de la influencia directa de sus heréticos gurús, pasando a funcionar como “clérigos vagos”, esto es, charlatanes errantes que van de aquí para allá sembrando la lepra de la herejía y el cisma por donde pasan, individuos altivos e hipócritas en grado máximo que se atreven a ningunear y despreciar a S.S. Pío XII porque éste les cerró providencialmente las puertas al Redil de Cristo con su constitución apostólica Vacantis Apostolicae Sedis, que establece que en periodo de vacancia de la Sede nadie tiene poder para usurpar la jurisdicción que únicamente el Papa posee por derecho divino, pero que esos soberbios desobedientes han menospreciado e ignorado, alegando hipócritamente que ”la necesidad no conoce ley”, lo cual es un sofisma muy peligroso y deformado que les ha supuesto merecidamente la excomunión por desobedecer al último Vicario de Cristo y ponerse en manos de cualquiera para obtener a toda prisa y a cualquier precio una espuria “ordenación” que jamás recibieron.


En consecuencia, todas estas sectas del infierno y sus infelices miembros beben de las mismas aguas putrefactas y envenenadas que nacen de la gran Ramera, la cual es alimentada por Satanás y sus demonios, de ahí que estén podridas hasta el tuétano y sean objeto de la maldición y la ira de Dios Uno y Trino.


Es urgente, pues, que los fieles salgan CUANTO ANTES de las garras de esos desgraciados insensatos, porque una exposición prolongada a sus sacrilegios y profanaciones les convertiría irremediablemente en solidarios con los pecados y crímenes de la madre de las rameras y los idólatras.


Insistiremos las veces que sea necesario: quienes lean esto y frecuenten los falsos servicios religiosos de CUALQUIER grupúsculo sectario o CUALQUIER individuo surgido de la Ramera y/o asociado a ella directa o indirectamente, que sepan que NINGUNA GRACIA del cielo van a recibir de tan impía alianza, NINGÚN SACRAMENTO les será dispensado válida y legítimamente de manos de esos simples laicos disfrazados sin misión ni jurisdicción sobre ABSOLUTAMENTE NADIE, los cuales son intrusos de Satanás que no han entrado por la puerta del redil y que sólo pueden confundir y perder eternamente a las pobres ovejas desorientadas que buscan la Verdad en medio de esta gran tribulación espiritual que se ha abatido sobre el orbe.


En efecto, por muy terrible que parezca, la situación en la que nos hallamos es exactamente ésa. No en vano ya nos advirtió N.S.J.C. acerca de esos falsos cristos y falsos profetas, los cuales surgirían en los últimos tiempos, en la época del Anticristo o de la Anomia, para engañar y seducir a muchos incautos y poco formados. Nuestro Señor nos dijo que NADA BUENO PUEDE SALIR DE LA GRAN BABILONIA Y DE SUS ACÓLITOS, y nada es nada, así que nadie podrá alegar ignorancia o desconocimiento. Las siguientes citas así lo demuestran:


“Y si aquellos días no fueran acortados, nadie se salvaría; más por razón de los elegidos serán acortados esos días. Si entonces os dicen: «Ved, el Cristo está aquí o allá», no lo creáis. Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, y harán cosas estupendas y prodigios, hasta el punto de desviar, si fuera posible, aún a los elegidos. ¡Mirad que os lo he predicho! Por tanto, si os dicen: «Está en el desierto», no salgáis; «está en las bodegas», no lo creáis.

(Mateo 24,22-26).



“Guardaos de los falsos profetas, los cuales vienen a vosotros disfrazados de ovejas, más por dentro son lobos rapaces. Los conoceréis por sus frutos. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Asimismo todo árbol bueno da frutos sanos, y todo árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede llevar frutos malos, ni un árbol malo frutos buenos. Todo árbol que no produce buen fruto, es cortado y echado al fuego. De modo que por sus frutos los conoceréis”.

(Mateo 7,15-20).

                                            ***

Para finalizar este breve dossier, trataremos acerca del espantoso y justo castigo eterno que espera a la gran Ramera del Apocalipsis y a todos los que se unan a ella haciendo caso omiso de las graves advertencias dadas por Dios.

Continuará...

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