Como se puede esperar, la suerte final de esos falsos cristos y falsos profetas es bastante incierta y trágica, y lo mismo se puede decir de quienes se hayan dejado embaucar por ellos, pues con toda probabilidad esos infelices no van a aceptar que están equivocados y que, por su soberbia y su osadía, se han puesto ellos mismos en situación de EXCOMUNIÓN por CISMA y HEREJÍA, así como en INFAMIA JURÍDICA. No lo van a aceptar jamás porque les ciega el orgullo; el aferrarse a un estatus fraudulento e inexistente es para ellos más importante que la humildad de reconocer que los Papas SIEMPRE han tenido y siempre tendrán razón, pues su palabra, esto es, su Magisterio es INFALIBLE ayer, hoy, y siempre. Lo más grave y triste de todo es que esos ciegos soberbios no lo van a aceptar, y por eso se van a condenar, y lo que es peor, van a condenar a muchas otras almas que han sido seducidas por sus retorcidas fábulas, y esto va a suceder así precisamente PARA QUE SE CUMPLA LA ESCRITURA (!!), lo cual es un auténtico misterio de misterios. No lo van a aceptar porque así está escrito [cf Mateo 24, 24], en efecto, QUE HABRÍA FALSOS CRISTOS Y FALSOS PROFETAS en estos últimos tiempos que nos ha tocado vivir, gente orgullosa y mentirosa que dirían a todos los incautos "Venid, mirad, el Cristo está aquí”, en mi sótano o bodega particular, y así pervertirían a muchos, intentando desviar hasta a los mismos elegidos de Dios, si esto fuera posible. Esa gente está puesta ahí para ser piedra de escándalo y tropiezo de muchos, pues no amaron la Verdad revelada por Dios, no amaron a los Papas y a su Magisterio, el cual es Palabra de Dios revelada por el Espíritu Santo, sino que prefirieron seguir a esa caterva de falsos doctores y charlatanes que les decían lo que ellos querían oír y les engatusaban con sus farsas y sofismas. Lo más terrible es que esa mucha de esa gente no dejará que entre en ellos esa última Gracia salvadora que podría moverles a la humildad y la penitencia, no, lamentablemente no lo harán debido al maldito orgullo espiritual que les ciega, orgullo luciferino. Al igual que Judas rechazó el arrepentimiento que le hubiera salvado de la condenación eterna, y cedió a la desesperación acabando por quitarse la vida, lo que le valió la reprobación para toda la eternidad, toda esta gente va a acabar de la misma manera, trágicamente, cegados por su soberbia y pertinaces en su desprecio al Papado, pecando así gravemente contra el Espíritu Santo Paráclito Consolador. Quien lea entienda.
"El que no se halle dentro de esta arca de Noé, perecerá al reinar el
diluvio: el que no reúne con Pedro, esparce; no es de Cristo, es del
Anticristo".
San
Jerónimo, Epístola ad Damas.
"Llénense de terror al contemplar la terrible expectativa del juicio final
y del fuego vengador que un día consumirá a todos aquellos, cuyo apoyo y
auxilio haya sido causa de haberse propagado y prevalecido el cisma..."
S.S.
Pío VI, Colección de los breves, Tomo II, Página 378, el 19 de marzo de 1792.
"Rogad por esos desgraciados, como yo lo hago por mis perseguidores;
pero no vaciléis jamás en defender animosamente las santas doctrinas que se os
han enseñado en Roma. Vais, oh hijos míos, como corderos en medio de lobos: sin
embargo, no temáis; pues mientras guardáis fidelidad al verdadero Pastor del
rebaño, las bestias rapaces no os podrán devorar..."
Su
Santidad Pío IX, 9 de junio de 1873, a jóvenes misioneros Armenios.
"Todas las sectas, para engañar a los demás, y aún engañarse a sí
mismas, tienen necesidad del rigorismo; PERO LA VERDADERA MORAL RELAJADA EN LA
IGLESIA CATÓLICA ES LA DESOBEDIENCIA. El que no sabe humillarse a la autoridad,
cesa de pertenecer a la Iglesia".
Joseph-Marie
de Maistre
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Salmo 137,6: "Yahvé, siendo excelso, pone los ojos en el humilde y mira
como lejos de sí al soberbio";
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Proverbios 11,2: "Si viene la soberbia, viene también la ignominia, mas
la sabiduría habita con los humildes";
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Proverbios 29,23: "La soberbia humilla al hombre, mas el humilde de
espíritu será ensalzado";
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1 Pedro 5,5: "(...) revestíos de la humildad, porque Dios resiste a los
soberbios, pero a los humildes da gracia. Humillaos por tanto bajo la poderosa
mano de Dios, para que Él os ensalce a su tiempo";
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Epístola de Santiago 4:6 "Dios resiste a los soberbios, pero a los
humildes les da su gracia".
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Evangelio de Mateo 11:29 "Aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón, y hallaréis la paz para vuestras almas".
Continuará...
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